"Sólo los pueblos salvan a los pueblos". Los gobiernos no harán nada para detener el genocidio que sufre el pueblo palestino a manos de Israel. Las palabras del pediatra palestino Nafez Sein Isa han resonado la tarde de este viernes en el silencio estremecido de la sede de Aires Nuevos. "Los pueblos de Europa han de poner contra las cuerdas a sus gobiernos para exigirles actuaciones que respondan a la ética de los derechos humanos". Resulta extraño oír ante la masacre de palestina cosas que parecían sabidas, obvias, universalmente aceptadas. "Una enorme cobardía atenaza a las autoridades internacionales ante este enorme atropello", ha dicho José Manuel Ruiberriz, de la Fundación Memoria y Futuro de CCOO. La historia nos juzgará.
¿Qué está pasando en Gaza? Para el pediatra Nafez Sein lo que ocurre es que Israel impone por la fuerza, una vez más, su voluntad a los palestinos y al mundo entero porque es rico, tiene poder y uno de los ejércitos más fuertes del mundo. Con una fuerza desmedida como respuesta a un ataque injustificado de Hamás que buscaba capturar rehenes para cambiarlos por los más de 4.000 palestinos encarcelados en prisiones israelíes de forma injustificada. El pediatra, que ha ejercido su profesión en Écija, ha dicho que la incursión de Hamás en el sur de Israel fue inducida por la propia Israel para justificar la agresión posterior, que no tiene otra finalidad que ocupar el norte de Gaza para seguir anexionándose nuevos territorios.
El representante de la Fundación Memoria y Futuro ha insistido en que no e debe confundir a los judíos con los sionistas que hoy dirigen las actuaciones del estado de Israel. Ruiberriz recalca que en Israel hay muchas personas y organizaciones humanitarias contrarias a lo que está haciendo su país, aunque están en minoría, en parte por la falta de apoyo desde Europa. No todos los judíos son sionistas-nacionalistas-supremacistas como los que gobiernan. "Entre los judíos también hay gente marginada como lo estamos los palestinos en nuestra propia tierra", ha corroborado el pediatra. "Ellos sufren también las políticas del sionismo que propaga la idea de ser el pueblo elegido por Dios para dominar el mundo, un mundo en el que todos los demás seres humanos debemos ser sus esclavos".
Esa ideología sionista es la que apoya Estados Unidos, con el silencio cómplice de la mayoría de los gobiernos europeos, especialmente Reino Unido y Alemania. España ha sido el país más crítico con los bombardeos, "aunque debería haberlo sido más aún", ha señalado Ruiberriz. El cooperante, que ha vivido varios años en Palestina, ha dicho que "a pesar del sufrimiento y la humillación que vienen padeciendo los palestinos desde hace 75 año, este pueblo es incapaz de odiar a los israelíes. La gran diferencia entre unos y otros es que el palestino ve al soldado israelí de 19 años como el niño asustado que es, pero el soldado israelí ve al palestino como un animal, como una bestia".
Los dos han insistido en describir la situación como una masacre de seres humanos desprotegidos y sometidos al poder despótico de un estado que se cree legitimado para hacer cuanto le venga en gana porque cuenta con el silencio de las grandes potencias. "¿Para qué han hecho las leyes internacionales y por qué se. llenan la boca de palabras sobre los derechos humanos si después apoyan al estado que más las vulnera y desprecia?", se ha preguntado Nafez Sein Isa. Lo que está ocurriendo en Gaza no es una guerra, sino una masacre de seres humanos desprotegidos. "Quieren convencer al mundo de que los palestinos somos animales humanos y yo, que llevó muchos año ayudando a salvar vidas de niños les digo los palestinos somos seres humanos con derecho a la vida y que un niño palestino es igual que un niño israelí", sostiene Nafez Sein Isa.
Seres humanos de tercera en su propia tierra, viviendo con permiso de residencia otorgado por el invasor, que tiene que prohibido circular por determinadas carreteras de su propio país y cederle el paso a cualquier vehículo que lleve matrícula israelí. El médico ha contado que una vez fue llamado de urgencia a atender un parto en un hospital de Palestina. Un control de ejército lo retuvo y cuando fue a pedir que le dejaran pasar porque tenía que atender un parto de riesgo, el soldado le preguntó si el bebé era israelí o palestino. Cuando el pediatra respondió que palestino, el soldado se encogió de hombros y dijo "ah, pues entonces da igual, no importa que se muera otro palestino".