"Este libro viene a ser algo así como una novela de la vida cotidiana de Fuentes, escrita por una docena de autores, y con un final feliz". Así ha definido el libro "Fuentes Siempre" el coordinador de la edición, José Bejarano. Pero en este caso, al contrario que en todas las novelas, desvelar el desenlace de la historia no le resta emoción a la lectura porque el final feliz es que los fondos recaudados por la venta de ejemplares "van a sembrar esperanza en un pueblo africano castigado por la pobreza". Van a sembrar educación, salud, alimentos e igualdad en Candemba-Uri y en Bafatá (Guinea-Bissau).
De todo eso y mucho más (de igualdad, educación, emigración, naturaleza, campo) se escribe en "Fuentes Siempre", una novela que no es novela, marcada por el realismo y el costumbrismo, con altas dosis de nostalgia y fidelidad a la propia identidad. Qué somos, cómo somos los fontaniegos, por qué somos. "Todo eso lo podemos extraer de este libro mediante una lectura sosegada y atenta", asegura el coordinador del libro. No es poco lo que el libro ofrece por el módico precio de diez euros. Trescientas páginas escritas por una docena de autores que piensan, sienten y escriben de Fuentes y para Fuentes. Escriben de naturaleza, de igualdad, de historia, de memoria, de recuerdos infantiles, de emigración, de campo...
El libro es una recopilación de artículos publicados en este periódico digital, Fuentes de Información, y co-editado con el ayuntamiento de Fuentes y Periodistas Solidarios. Firman textos Jesús Cerro, María Aurora Martín Ruano, Juan Martínez, Juan Aguilar, Miguel Osuna, Manuel Ramírez, Francis J. González, Francisco de Asís Rodríguez, Honorio Aguilar y Pepa y José Bejarano. El diseño es de Miguel Porres y la edición de las cubiertas y las fotografías, de Emilio Castro. Todos han trabajado de forma desinteresada para que la recaudación sea destinada íntegramente al proyecto Laovo Candé de cooperación internacional que la ONG Periodistas Solidarios impulsa desde hace doce años en Guinea-Bissau.
A la presentación han asistidos varios de los autores de los artículos que componen el libro. Jesús Cerro ha explicado que él escribe de la historia de Fuentes, aunque hacerlo cada semana le obliga a un esfuerzo considerable. Dar a conocer la historia es una forma de ilustrar para el futuro. A Francis J. González le parece muy oportuno que haya un periódico plural que permita poner en común la actualidad, las ideas y las reflexiones. María Aurora Martín Ruano, que confiesa haber escrito poco de Fuentes y hacerlo sin un plan premeditado, según sale, cada uno como quiere, ha animado a comprar y leer el libro porque, además del valor de su contenido, tiene el valor de la solidaridad.
Por su parte, Juan Martínez ha resaltado el esfuerzo de recrear, con los personajes de sus artículos, el mundo que cada fontaniego y fontaniega lleva dentro, sean el loco del ruedo, las abuelas de su calle o la montaña rusa de la juventud de los años ochenta. Para Miguel Osuna, para que la pasión de escribir va pareja con el amor a la naturaleza, escribir un artículo cada semana representa un esfuerzo que sólo lo compensan la satisfacción de dar a conocer el entorno de Fuentes y los comentarios de los lectores que le agradecen los escritos y le animan a seguir con esa tarea.
Afirma la solapa del libro que "El pasado y el presente conviven aquí de manera simultánea porque no hay -no debe haber- una línea que separe nuestro presente de nuestro futuro. Como no debe haber otra que nos separe del futuro". Porque el tiempo fluye sin interrupciones y si a veces aparenta tener fronteras es porque las ponen algunos con el único fin de confundirnos. Como las de los territorios. Los libros no deberían necesitar justificaciones parra existir, ha añadido en la presentación el coordinador editorial. "Existen y eso es suficiente", ha añadido. Existen porque el ser humano necesita dejar constancia de su breve paso por este mundo y para que las generaciones siguientes no se vean abocadas a la tragedia de repetir la historia. Para que un lejano día, cuando hayan pasado miles de años, alguien encuentre este libro que le cuenta cómo era Fuentes, en qué soñaban los fontaniegos, con qué reían y por qué lloraban. Un libro con final feliz.