¿Qué paso en España en 1936? ¿Por qué hubo un golpe de estado? ¿Por qué una guerra? ¿Y después de la guerra? Esas preguntas y otras muchas tienen respuesta en la exposición visitable estos días en el vestíbulo del ayuntamiento de Fuentes. Conocer y reconocer la historia tiene la virtud de ayudar a comprender el presente y prever el futuro. Por eso merece la pena dedicar un tiempo a recorrer el contenido de los 21 paneles expuestos en el ayuntamiento desde el pasado viernes y hasta el próximo viernes.
Dos de los autores de la exposición, Luis Naranjo Cordobés y Rafael González Requena, participaron en la inauguración y dijeron que tratan de acercar a la población, especialmente a los más jóvenes, el largo ciclo de violencia, que abrió el golpe de estado contra la República. El historiador Luis Naranjo explicó que el golpe de estado trajo consigo una de las más represiones más humillantes, que fue la ejercida sobre las mujeres porque "además de las formas aplicadas a los hombres, se les aplicó maneras represivas específica de su género, como el cortarles el pelo hasta dejarlas a cero, darles aceite de ricino o violarlas". Hubo hacinamiento en las cárceles, hambre, sumisión, cambios de cárceles, inasistencia sanitaria, destrucción de sus familias, persecución de sus hijos, torturas, humillaciones, prostitución y someterlas al Auxilio Social.
Uno de los paneles habla de la represión femenina y aparece la referencia a las jóvenes fontaniegas conocidas como “Mujeres del Aguaúcho”. La exposición está concebida como un itinerario de trabajo para ir analizando primeramente el desarrollo de la República con cuatro periodos perfectamente definidos, el periodo llamado constituyente, en el que los partidos políticos ganadores de las elecciones a Cortes del 28 de junio de 1931, agrupados en la coalición republicano-socialista, se dedicaron a la confección de una nueva Constitución, la del 1931, con un marcado carácter democrático y progresista, en la que por primera vez se reconocía el voto femenino.
Otra de las actuaciones del bienio progresista se refieren al ejército, la secularización de la vida social quitando protagonismo a la iglesia lo que originó que buena parte de la jerarquía eclesiástica se pusiera en contra de la República, la reforma agraria, por la que gran parte de los grandes propietarios fueron desde entonces enemigos del régimen republicano, la reforma del estado centralista, con la aparición de las primeras autonomía y la reformas sociales y educativas, con la introducción de la escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita; el bienio conservador, que casi anuló todas las reformas emprendidas en el periodo anterior o por lo menos las paralizó y por último el triunfo del Frente Popular, que fue el detonante de la sublevación militar.
El segundo bloque de la exposición es el desarrollo propiamente dicho de la guerra y su evolución en Andalucía. Primero analiza la guerra de columnas, que fue la forma de avanzar más rápidamente del ejercito sublevado. Con la ayuda de los italianos y los alemanes, pudo trasladar el ejército de las ciudades de Ceuta y Melilla a la Península y que junto a los mercenarios realizaron verdaderas matanzas en su avance. Después se describe la fijación los frentes, primero con la campaña de la aceituna en la batalla de Lopera, que impidió que los ejércitos del general Quipo de Llano pudieran llegar a Andújar y traspasar el paso de Despeñaperros en su avance hacia Madrid. Segundo, en la toma de Málaga por los sublevados, en la que produjeron los acontecimientos sangrientos de la “Desbandá Malagueña”, en la que las gentes que abandonaron la ciudad tras su toma por el ejército franquista en 1937 para dirigirse a Motril y Almería fueron bombardeados por la aviación y desde el mar y en la que murieron aproximadamente entre 3.000 y 5.000 personas. Tercero, con la batalla de Pozoblanco en el norte de Córdoba las fuerzas sublevadas del general Queipo de Llano fueron contenidas y obligadas a retirarse a su posiciones, con lo que se consolidó el frente hasta que terminó la guerra.
Finalizada la guerra el 1 de abril de 1939, comienza la dictadura del general Franco, larga dictadura en el tiempo, que terminaría el 20 de noviembre de 1975, 36 años después, que podemos catalogar con una sola palabra, “REPRESIÖN”. La suerte de los vencidos en la posguerra fue durísima. A las condiciones de vida deplorables se le unieron las persecuciones, la opresión y el exterminio, en algunos casos, de los vencidos. A las medidas de la represión física, campos de concentración, exilio, cárceles, fusilamientos, hambre, trabajos forzados, torturas físicas, violencia física y verbal, se le unió la represión ideológica, en que intervino activamente la Iglesia católica, y aumentaron las represiones laborales, las depuraciones, la humillación para encontrar trabajo y la marginación social.
La exposición no podía olvidar hacer referencia al reconocimiento actual a las víctimas de la guerra civil y de la dictadura franquista y el trabajo de las numerosas asociaciones memoralistas que han surgido a lo largo y ancho del país y que buscan la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición de estos o parecidos hechos.
Los paneles de la exposición, que tienen un desarrollo didáctico importante, han sido confeccionados por el profesor de historia e investigador Luis G. Naranjo Cordobés, comprometido desde el inicio del movimiento memoralista con la divulgación de la verdad histórica. También por el profesor de historia Rafael González Requena, que ha realizado trabajos y propuestas didácticas para abordar el proceso enseñanza-aprendizaje de la guerra civil, la posguerra y de la transición española a la democracia para los alumnos de ESO y Bachillerato y por el profesor de geografía e historia Miguel Ángel Peña Muñoz, autor de varios libros sobre los movimientos obreros y, como los anteriores, miembro del Foro por la Memoria.
Esta exposición ha sido traída a nuestro pueblo para que de forma clara los fontaniegos conozcan la verdadera historia de nuestra época más sangrienta. Ello ha sido posible por el empeño y el trabajo de los técnicos de la Concejalía de Cultura que junto al Concejal de la misma área y de miembros de la Asociación de Memoria Histórica Fontaniega han puesto en su montaje.