El abandono animal es una de las vergüenzas de la sociedad actual. Los perros son los que más sufren esta lacra, crueldad para un animal que está reconocido como "el mejor amigo del hombre". Al revés no siempre ocurre. La cosa se agrava notablemente al hablar de los perros de caza. Los perros de caza son utilizados como meras herramientas. La cría masiva pensada con un objetivo meramente utilitarista, realizada sin control y sin sentimientos, es la raíz de todo.
Galgos, bracos, pointers, podencos... razas que gozan de gran popularidad debido a su absoluta lealtad, su buen carácter y su obediencia (por algo fueron elegidos por los cazadores) y que, sin embargo, son desterrados y rechazados sin identificación ninguna cuando ya no sirven para cazar o se acerca el final de la temporada que han sido útiles.
Quizás estas palabras hagan que alguno se sienta ofendido, sea o no cazador. Por desgracia hay muchos, muchísimos, perros de caza abandonados (y maltratados), pero como en todo en esta vida, hay de todo. También hay otros cazadores y criadores que cuidan muy bien de sus perros. Por supuesto, también existen perros que no son de caza, pero por lo que llevo observando todo este tiempo, la mayoría de los abandonos son de galgos, podencos y demás razas de caza.
La cría incontrolada de perros y el egoísmo humano son las principales razones de abandono animal. Gente que no piensa en nada ni en nadie. Los desprecia porque ya no le sirven, ya no cazan. Animales de usar y tirar. La solución a este problema para el que maltrata a un animal es el abandono, quitarlo de en medio y muchas veces la muerte del animal. Todo suele ocurrir en un camino o alguna carretera. Un coche para y se abre una de sus puertas, por la que hacen descender a un perro de cualquier raza. La puerta se cierra, el coche desaparece y el perro queda solo, abandonado a su suerte, tirado en una cuneta, incluso expuesto a provoca un accidente de tráfico.
Es lamentable que haya personas que puedan hacer algo semejante. Mucho menos son capaces de entenderlo estos animales, cuya mente es incapaz de contemplar la posibilidad de que su dueño lo haya abandonado. Tanto es así, que permanecen en el mismo lugar durante siete u ocho días, con sus correspondientes noches, sin agua ni alimento, expuestos al peligro de ser atropellados. Como pueden llegan al pueblo con el único convencimiento de que su dueño estará esperándolo o que saldrá a buscarlo.
Cuando se tiene un animal es para siempre y si, por casualidad no puedes tenerlo, la opción es darlo en adopción. Solo tú eres el responsable de lo que pase con ese animal, solo tú el que estás cometiendo un delito, solo tú si provocas un accidente. El problema no son los perros, sino quienes los abandonan.