Cuarenta años pilotando el voleibol, el proyecto deportivo más ambicioso que ha conocido Fuentes, confieren a Moisés del Hoyo autoridad sobrada para diagnosticar la situación del ejercicio físico. La conclusión que saca no es optimista. El deporte, en general, ha sufrido un duro golpe como consecuencia del parón forzado por la pandemia. Los meses iniciales de confinamiento y el posterior año y pico de inactividad han hecho que los niños y las niñas hayan modificado sus hábitos, lo mismo que los adultos. Ahora muchos rehuyen el compromiso con el deporte colectivo. La cultura del esfuerzo ha perdido adeptos, sostiene Moisés del Hoyo. En voleibol, el equipo de Fuentes sigue entre los mejores y el próximo mes de octubre se medirá con el Universidad de Granada, el Collado Villalba, el Fuenlabrada y el Murcia.
Pregunta.- ¿Cuántas personas están involucradas directamente en el club de voleibol de Fuentes?
Respuesta.- Unas quinientas, aproximadamente. El club de voleibol de Fuentes mueve en este momento a 144 deportistas en las diferentes categorías, a los que hay que sumar a sus familiares, a los entrenadores y a los directivos. Antes de la pandemia teníamos un presupuesto anual de 64.000 euros, cifra que se redujo a 42.000 euros en 2020 y este año esperamos superar los 65.000 euros. Tenemos seis equipos de voleibol, uno de infantil femenino, dos de cadete (masculino y femenino), dos de juvenil (masculino y femenino) y uno de senior femenino que está en primera nacional. Hemos sido campeones de Andalucía en categoría senior y subcampeones de Sevilla.
P.- No está nada mal para un pueblo de siete mil habitantes, ¿no?
R.- No está nada mal, aunque el club tiene potencialidad para mucho más. A veces fallan las personas. El grado de compromiso de la sociedad fontaniega con el deporte es bajo, muy por debajo de las posibilidades que tiene el club. Una prueba de esto es que la mayoría de los jugadores, sobre todo las jugadoras del primer equipo, son de fuera. Sólo tres jugadoras son de Fuentes. Tenemos seis que son de Alcalá, cuatro de Brenes y una de Paradas. En realidad, todas han sido formadas en el club de Fuentes, aunque sean de otras localidades. Esto hace que tengamos que entrenar más días en Sevilla que en Fuentes, pero todas demuestran una fidelidad y un compromiso con el club muy alto.
P.-¿Qué pasa con las niñas de Fuentes?
R.- Aquí sencillamente hay menos compromiso. En Fuentes el deporte es poco valorado. La mayoría de los padres mandan a sus hijos a hacer deporte como una actividad extraescolar, la última entre sus prioridades. El grado de abandono entre las niñas es muy alto, más que entre los niños. Ponen más voluntad los de otras poblaciones que los de Fuentes. Eso hace que el club de voleibol de Fuentes esté más valorado fuera que dentro. Este año se han borrado del equipo masculino tres de los mejores jugadores y otro más ha sido fichado por el Barça. Con este grado de abandono es muy difícil competir.
P.- ¿Qué se puede hacer?
R.- Hace falta que creamos más en el deporte como actividad que inculca valores importantes para la juventud. El deporte estimula la cooperación, el trabajo en equipo, la capacidad de organizarse la vida, la disciplina, el espíritu de sacrificio, la resolución de problemas en común... No es únicamente, como mucha gente cree, una manera de bajar peso o de estar en forma. O una manera de ocupar el tiempo libre. Pero esto es clamar en el desierto porque sé que vamos contra corriente. Lo que valora la mayoría es el individualismo y la comodidad.
P.- Creía que Fuentes era un ejemplo de promoción del deporte de base.
R.- Ojalá fuese eso cierto. Fuentes no ha tenido nunca un proyecto global de promoción del deporte. Ha tenido proyectos particulares que han generado fenómenos como el club de voleibol. Lo que se necesita es un proyecto de iniciación en la escuela que aglutine a todos los deportes y que empiece con los niños desde los seis años con actividades en todas las disciplinas antes de que empiecen a especializarse a partir de los ocho o nueve años. Eso debería estar en manos del ayuntamiento. Aquí cada club va por libre y hace lo que buenamente puede. Tenemos el programa FIDES, que trabaja con niños y niñas de seis a once años, pero perdió mucha fuerza desde que llegó la crisis económica de 2008 y la Junta redujo drásticamente la subvención que nos otorgaba. Y hemos recibido el Premio Andalucía a la Iniciación Deportista, pero de eso hace diez años...
P.- ¿Cómo ha afectado la pandemia a la práctica deportiva?
R.- Le ha afectado muy negativamente. Estamos en una auténtica crisis deportiva porque el virus ha introducido una nueva dinámica en el uso del tiempo libre. Ha disparado el sedentarismo, el consumo de la tablet y el individualismo. Ahora muchos dicen que van a hacer deporte "por mi cuenta". Así no tienen que comprometerse con nada ni con nadie. Lo cierto es que el deporte individual no tiene nada que ver con el deporte de equipo. Yo valoro el deporte individual cuando se hace seriamente y con constancia, lo que pasa es que a la mayoría de la gente le cuesta mantener el compromiso. Pienso en Ezequiel, pero ¿cuántos Ezequiel tenemos? Primero porque la voluntad suele durar poco y es más fácil abandonar. Segundo porque el deporte en equipo activa valores distintos del individualismo. No estoy en contra del deporte individual, ni muchísimo menos. Pero en el deporte de equipo, cuando falla la diversión entra en juego el compromiso. El equipo tira cuando faltan las ganas. En realidad, de lo que huyen es de la responsabilidad. El esfuerzo compartido en pro de objetivos comunes es lo esencial en el deporte y eso no existe en el "deporte por mi cuenta".
P.- ¿Cuarenta años al frente del voleibol de Fuentes son muchos o pocos?
R.- Son muchos, pero ya tienen fecha de caducidad. El próximo mandato será el último. En 2025, con casi 70 años habrá llegado el momento de dejar las responsabilidades del club, aunque seguiré entrenando algún equipo infantil, pero más como entretenimiento que otra cosa. Hace 40 años que creamos el club y el balance es bueno, aunque los próximos cuatro años tienen que servir para fijar algunas estructuras internas que garanticen la continuidad futura. Vamos a contar con un administrador contratado, aunque tendrá que ser a tiempo parcial. Hay mucho que gestionar. Tenemos que viajar continuamente, pagar a los seis entrenadores, que el año pasado eran ocho...
P.- ¿Cuántas horas al día dedica el jubilado Moisés al club de voleibol de Fuentes?
R.- Muchas, el ochenta por ciento de mi tiempo está dedicado a sacar adelante este proyecto. Antes de jubilarme, hace cinco años, era a tiempo parcial. Ahora es a tiempo casi total. Me he volcado en este deporte porque siempre he defendido proyectos utópicos, sueños, aunque en este momento veo que, sobre los sueños, prevalece la cultura de ir tirando con lo que hay. Como sociedad nos falta ambición.