Alejandra se llama la primera niña fontaniega de padres ucranianos huidos de la guerra. Nació el día 19 de este mes en un hospital de Écija. La alegría de este nacimiento se une al ascenso a categoría 1 del centro de acogida de Fuentes. El CEAR reconoce así el esfuerzo hecho por la plataforma Fuentes Acoge para mejorar las condiciones de vida de los refugiados que huyen de la guerra.
Parece que fue ayer cuando nos pusimos a trabajar como locos para acondicionar en menos de diez días la antigua escuela hogar de las Mercedarias a fin de poder alojar a los primeros refugiados ucranianos. Era el plazo que teníamos después de que el alcalde firmase el correspondiente convenio con CEAR, organismo de acogida al refugiado. Parece que fue ayer cuando el salón de la Huerta se llenó de personas solidarias para apuntarse como voluntarias a fin de trabajar en la adaptación de edificio, donde se iban a acoger a las familias que llegasen a Fuentes huyendo de la guerra de Ucrania. Cada una de ellas se apuntó al equipo en el que creía ser más útil. Treinta formaron el equipo para gestionar las donaciones, dinerarias o de enseres, para equipar el centro de acogida. Otras 30, el de limpieza y pintura del centro. Unas veinte se ocuparían del montaje de todo el equipamiento necesario y por último unas quince se harían cargo del acompañamiento de las familias que fuesen llegando.
Parece que fue ayer cuando comenzó un verdadero zafarrancho en el viejo convento de las Mercedarias. Cuadrillas de voluntarios y voluntarias limpiaban, arreglaban, pintaban, ponían muebles, ordenaban ropa, productos de limpieza personal y cuanto las gentes de Fuentes, generosas como siempre, entregaban: productos y enseres que otros voluntarios tomaban nota e inscribían en un inventario. Parece que fue ayer cuando llegó la primera familia de refugiados a Fuentes, procedentes de la zona este de Ucrania, de donde habían salido hacia el 13 de marzo y tras un largo peregrinaje por diferentes lugares habían arribado aquí el día 16 de abril. Después vinieron otras familias, se han ido otras y han aparecido nuevas, pero el centro sigue con su actividad, más sosegada pero con actividad diaria.
Tras algunos meses de funcionamiento es pertinente hacer un balance de lo hecho y de los proyectos para el futuro inmediato. De lo hecho, el equipo conocido como de "economato" ha recogido, entre otras muchas cosas, camas, mesitas de noche, literas, sofás, mesas, mesa de comedor, sillas, sillones, televisores, frigoríficos, microondas, lavadoras, planchas, tablas de planchar, pequeños electrodomésticos, juguetes para los niños, bicicletas, patines, futbolines de mesa, pizarra, material escolar y un largo etcétera. En total 297 muebles de todo tipo. En cuanto a ropa de cama, toallas y otros objetos textiles han sido donadas 594 piezas diferentes. De material de higiene y cuidado personal, 306 elementos y, por último, también han sido recogidos elementos de botiquín, medicamentos y alimentos no perecederos en un total de 106.
El equipo encargado de llevar el registro de los donativos en efectivo efectuados por personas anónimas hubo dos tipos de donaciones: las hechas en mano y las ingresadas en una cuenta abierta por el ayuntamiento. De la primera, que ascendió a 2.691, 90 euros, se han gastado 2.661,22 en ferretería, farmacia, zapatería, confección, librería, dentista, tasas administrativas, autobús, técnico de TV y compras varias. Quedan en la cuenta 30,68 euros. De la segunda, que ascendía a algo más de 4.000 euros, se sacaron 2.049 para ser utilizados con mayor facilidad y se han gastado 1.086, 96 euros en billetes de autobús, farmacia, autobús a Guadalpark, dinero de bolsillo a los refugiados en el mes de julio y dentista, quedando un resto de 962,04 euros.
Recientemente el personal del CEAR ha realizado una visita a nuestro centro de acogida y ha comprobado cómo funciona entrevistando y preguntando a los propios acogidos que han dado libremente su opinión. Debido a ello, el CEAR ha elevado de categoría a nuestro centro de acogida. En un principio tenía categoría 0, la menor que el CEAR establece para los centros que sirven de alojamiento temporal, incluyendo la comida de los acogidos. Sin embargo, Fuentes Acoge, ha tenido iniciativas conducentes a mejorar la vida de los refugiados: ha escolarizado a todos los niños y niñas que llegados con sus padres, excepto un menor que no ha podido ir a la guardería infantil, pero que lo hará el próximo curso.
Los servicios sociales han realizado gestiones para que los refugiados tengan asistencia médica como cualquier otro ciudadano, iniciado actividades para hacer grupos de inmersión lingüística a fin de que fueran adquiriendo un lenguaje mínimo para poder comunicarse con los demás vecinos de Fuentes e ir adquiriendo cada día más autonomía personal. Se acordó asignarles una pequeña cuota mensual individual para gastos sin tener que depender de pedirlo a las personas que llevan el economato y darles libertad de decisión y movimiento; hacer viajes de carácter lúdico-cultural, entre otras. Por ello el CEAR, en su reciente visita, ha elevado la 1 a categoría del mismo.
La plataforma Fuentes Solidaria sigue trabajando para crear nuevas iniciativas en pro de la incorporación a la sociedad fontaniega de estos refugiados para que se sientan como parte de ella. Así, en las próximas semanas se realizará una jornada de convivencia entre las personas que residen en el centro de acogida y los voluntarios que han participado en mejorar las condiciones del edificio para que pudieran sentirse como en casa. También se quiere organizar viajes a la playa para que disfruten como otro cualquier ciudadano de un día de asueto.
Podría ser que los servicios sociales iniciasen gestiones ante el Servicio Andaluz de Empleo para proporcionarles los documentos necesarios, a los que lo deseen, a fin de hacer la demanda de empleo. Al que lo consiguiese le supondría un nuevo avance, pues se haría totalmente independiente del centro de acogida, ya que pasaría a la fase 3 y tendría que residir en su propia casa, para cuyo alquiler recibiría una ayuda. Fuentes Solidaria, Fuentes Acoge, ha logrado que nuestra primera idea de acoger a refugiados de la guerra vaya peldaño a peldaño agrandando la idea primitiva de sólo acoger a los refugiados y ahora darles la posibilidad de que se incorporen de lleno a nuestra sociedad con plena autonomía y libertad.