Juanillo el Gato, Mamurcia, el Zahones, el Reloj, el Nieto, el Negro, el Margarito... son nombres que difícilmente se borrarán de los anales históricos del carnaval de Fuentes. Sus nombres perdurarán escritos en tinta fosforescente en los papelillos de colores de las murgas. Personajes inolvidables, míticos, irrepetibles. Clásicos populares. Sin ellos y otros muchos que salen o salían con ellos, el carnaval habría sido otro. Y posiblemente, peor. Desde hace siete años, Miguel Caro "Margarito" llora por el carnaval de Fuentes cuando llegan estas fechas y tiene que quedarse en Francia podando viñas. Dice que llora no en sentido figurado, sino literal. "Lloro como un cunero, como un niño al que le falta la teta".
Pregunta.- Debe de ser duro mirar el carnaval del coronavirus a dos mil kilómetros de Fuentes ¿no?
Respuesta.- Sí, muy duro. Para mí, los últimos siete u ocho carnavales han sido duros porque tengo que vivirlos desde La Tour-d´Aigues, un pueblo del sur de Francia. Un año no pude aguantarme y cogí el avión expresamente para estar ahí. Este año es mejor quedarse en casa. No pasa nada porque un año estemos sin carnaval. Es preferible eso a que el año que viene estemos lamentando la ausencia de alguno de los nuestros.
P.- Tu eres de los que vives el carnaval todo el año.
R.- Claro, cada día del año pienso, siento y hablo en carnaval. Lo llevo en la sangre, como otros llevan el fútbol o la Semana Santa. A mí me gustan todas las fiestas, pero ninguna como el carnaval. Desde que tenía cinco o seis años he salido en la murga, primero con mi hermano Kiko, más tarde con mis cuñados, mis sobrinos... Esto lo llevamos en los genes. Mi hija Margarita, de niña, se escondía en el asiento de atrás del coche para ir conmigo a los ensayos. Ahora tengo una nieta (en la foto) que le gusta el carnaval más que a todos nosotros juntos. La primera vez que salió en la murga tenía 30 días y la vistieron de novia. Antes de nacer, en la barriga de su madre, ya salía en otra murga.
P.- Hay quienes dicen que el carnaval de Fuentes degenera, que las murgas de antes se pierden, que cada año se parece más a Cádiz, algo que carece de interés porque es lo que hay por todas partes.
R.- Eso es verdad. A mí no me gusta lo que veo entre los jóvenes porque el carnaval de Fuentes no ha destacado porque las agrupaciones canten bien a coro, sino por mentar a la gente de aquí. Lo que espera la gente de las murgas es la crítica, que se hable de lo ocurrido a lo largo del año. Se puede hacer en chirigota, en comparsa o en murga, pero sin dejar de contarle a la gente lo que espera. Me gusta el tono y el estilo antiguo, el auténtico, el nuestro. La murga del bombo, la caja, el pito de caña y el timbre no se puede perder porque es la raíz de nuestro carnaval. Los jóvenes han metido la guitarra, pero eso no vale para Fuentes, eso para Cádiz.
P.- Seguro que tienes más de una y más de dos coplas hechas para el carnaval de 2021.
R.- Y más de siete y ocho. Es una pena que no las podamos cantar en la calle. A mí lo que más me gusta es ir a las casas de las personas mayores que no pueden salir a la calle y cantarles nuestro repertorio. No hay personas más agradecidas que ellas.
P.- ¿De dónde te viene el mote de Margarito?
R.- Viene de mi madre, que era Margarita la Mallorquina, casada con Manolito Zacarías. Por eso me llaman el Margarito y como la murga era mía, le pusimos mi nombre desde el principio. También se nos ha conocido como la murga de los Gatos porque la formábamos todos los Gatos y los casados con Gatas, o sea mis cuñados.
P.- ¿Hasta cuándo te vas a perder el carnaval por tener que irte a Francia?
R.- Tengo 61 años y no veo el momento de jubilarme para entregarme de lleno al carnaval. Otros desean jubilarse para no tener que trabajar o no hacer nada. Yo, para estar en Fuentes cuando lleguen estas fechas y tener tiempo para disfrutar del carnaval.
P.- Nos das la exclusiva de una copla para el carnaval de este año?
R.- Claro que sí. Allá va, para todos los fontaniegos y fontaniegas: