Obsoleta. Viejuna. La línea que trae la luz a Fuentes necesita recambio. Aguanta como puede, pero en tenguerengue. Lo reconoce todo el mundo. Pero no hay un horizonte cierto de arreglo. Los microcortes, que tanto daño hacen a los vecinos y vecinas de Fuentes, van a seguir por tiempo indefinido. ¿Cuánto? Nadie lo sabe. Años. Menos de dos años seguro que no. O sea, microcortes para años. Todo depende de que Endesa dé punto de conexión.
No hay culpables, pero tampoco acuerdos. Las cosas son como son, dicen unos y otros. Aquí no hay buenos ni malos. "Estamos en ello", responden. Vale, todos buenos, pero como la red no está en condiciones de atender la demanda pasa lo que pasa. Microcortes. Endesa y Díaz Gálvez juegan al toque de balón. Tuya mía, tuya mía. Y el alcalde, de perfil. No sabe, no contesta. Mientras, la ciudadanía, distraída, parece haber renunciado a vivir en un pueblo donde el fluido eléctrico fluya, simplemente fluya con normalidad.
Díaz Gálvez tiene desde hace diez años el proyecto de crear un tendido nuevo desde la subestación de la Monclova a Fuentes, que sustituya al que ahora a duras penas trae la luz. Primero iba a venir desde Villanueva del Rey, pero el único punto de conexión disponible entonces fue asignado a la planta Gemasolar. Fuentes quedó cabreado, no cableado. Si hace diez años el tendido ya necesitaba un cambio, todo lo que ha venido detrás no ha hecho más que acrecentar las deficiencias. Cables viejos e infinidad de tomas en mitad del campo agravan las fluctuaciones que, de forma natural, sufren los tendidos eléctricos. Demasiados enganches a lo largo de los 17 kilómetros que tiene el tendido.
Casi nadie pone en duda que hace falta tender una nueva "carretera eléctrica" porque la existente está sembrada de baches. Casi tantos baches como la de asfalto que une Fuentes con Osuna. La nueva “carretera eléctrica” está pintada sobre el papel. Impecable. Y presupuestada. Un millón y medio de euros. Vendría desde la subestación de la planta Gemasolar. El dibujo lo guarda Joaquín Lozano en el cajón de su mesa de gerente de Díaz Gálvez. Dice el gerente de Díaz Gálvez que está sólo a la espera de que Endesa dé un punto de conexión en la planta Gemasolar. Desde el ayuntamiento, el asesor para temas de electricidad, Cristóbal Jiménez, asegura que el director de Endesa para la provincia le ha asegurado que ha concedido ese punto de enganche. Pero Díaz Gálvez dice lo contrario. ¿Quién dice la verdad? Tuya mía tuya mía.
Si no hay punto de conexión garantizado, no puede iniciarse el tendido, dice Díaz Gálvez. El día que Endesa dé luz verde al punto de conexión en la subestación empezará el papeleo del proyecto. Los permisos de la Junta de Andalucía son lentos. Luego vendrá la negociación con los propietarios de las fincas por las que deberá pasar el tendido. Será una suerte inmensa que todo vaya bien y haya acuerdo, cosa improbable conociendo cómo las gastan los dueños de las tierras (con contratos de indemnización). Si no hay suerte será preciso meterse en el campo minado de las expropiaciones, previa declaración de interés público. En ese terreno, el tiempo corre menos que en el desierto del Sáhara.
Díaz Gálvez asegura de momento la luz a todos los vecinos de Fuentes. No están a oscuras, cierto. La mayoría de los microcortes no superan los tres minutos que estipula la normativa como alteraciones graves del servicio. Cierto también. Pero hay deficiencias que no niega ni siquiera la compañía que tiene la concesión de la luz. La prueba es que ha pedido a Endesa una dotación de 9,97 megavatios para Fuentes. Endesa ha respondido que a dónde va con tanta capacidad si Fuentes tiene ahora apenas 3 megavatios. En realidad, Fuentes tiene 4,1, pero hasta esa capacidad es a todas luces insuficiente. Las inversiones de este calado no se hacen para hoy ni para mañana, sino para los próximos diez o veinte años.
Esto significa que habrá años y años de microcortes. Y que Fuentes va a circular con un candil por las carreteras del desarrollo. Porque los microcortes, con ser un problema grave, tal vez no sea lo peor de la situación. Lo peor es que la precariedad eléctrica estrangula el desarrollo. El crecimiento del consumo eléctrico de Fuentes ha sido enorme en los últimos 30 años. Crecimiento que no ha sido acompañado por las infraestructuras. Alguien en el sector compara la situación con lo que pasa en una casa donde vive una familia que antes estaba compuesta por el matrimonio y un hijo y ahora por los padres, cinco hijos y la abuela. Si no ensancha las tuberías que distribuye el agua por la casa, cada vez que uno de ellos abre el grifo del agua caliente en la cocina es normal que le salga fría al que está en la ducha.
El desarrollo es la ducha. Algo así sucede con la luz. El tendido eléctrico actual podría ser suficiente si Fuentes se conformara con circular sólo con las luces cortas. Volviendo al ejemplo del agua, si Fuentes renunciara a ducharse mientras alguien utiliza la cocina. Fuentes tiene problema para pisar el acelerador del desarrollo con la actual disponibilidad eléctrica. El tendido se ha convertido en un cuello de botella para el avance. Los mismo pasa con las carreteras.
Díaz Gálvez tiene en su plan de inversiones una línea de alimentación para Fuentes, que no puede ejecutar, según dice. Endesa no sabe, no contesta. El ayuntamiento tiene un informe de la dirección general de Energía que ratifica que la red necesita un nuevo tendido, pero dice que la responsabilidad de hacerlo les corresponde a las compañías privadas. Tuya mía, tuya mía. Papel para allá, papel para acá. Díaz Gálvez dice que Endesa, Endesa que Díaz Gálvez y el ayuntamiento, de perfil. En esta guerra no hay buenos y malos. Cada uno tiene sus razones. Todos buenos, pero Fuentes sigue en tenguerengue. Desde hace diez años. Y lo que queda. Tuya mía, tuya mía.