El uso de drones en la agricultura presenta un continuo crecimiento. La tecnología al servicio del campo. Cada día vemos cómo las tareas agrícolas evolucionan en beneficio del desarrollo. El sector agrícola no es ajeno ni torpe ante la revolución digital que se está desarrollando en el mundo actual. Está previsto que el sector agrícola sea el segundo mayor usuario de drones del mundo en los próximos cinco años, según los expertos. Más pronto que tarde los veremos volar por los campos de Fuentes de Andalucía, igual que vemos tan normal ver ya los tractores que hacen las tareas sin el tractorista. En el futuro, el tractor hará el trabajo solo o teledirigido desde una oficina.
Sólo en China, el número de drones usados en la agricultura se ha duplicado entre 2016 y 2017, llegando a tener 13 mil aeronaves. Este cambio ya se está impulsando rápidamente en nuestros campos. Si los mayetes de antes levantaran la cabeza y viesen esos pájaros de hierro fumigar sus cultivos… El uso de los drones brinda nuevas posibilidades para abordar los desafíos apremiantes de seguridad alimentaria, plagas, etc. En ese sentido, la industria de la protección de cultivos (fitosanitarios) considera que el uso de drones para la aplicación de sus productos es muy prometedora. Supone un cambio en la vida del agricultor.
El uso de drones en la agricultura está presentando un continuo crecimiento, principalmente en este sector de la agricultura, donde los avances y la regulación están empezando a dar forma a un marco legislativo y operativo para el uso de estos vehículos no tripulados. La rápida adopción de los vehículos aéreos no tripulados para aplicación de plaguicidas o abonos es un ejemplo para otras regiones, donde se está impulsando cada vez más un movimiento global para la participación en la agricultura digital.
El uso de drones en la agricultura cumple funciones como el mapeo de campos, vigilancia y monitoreo de los cultivos, plagas y enfermedades, eficiencia de irrigación, aplicación de plaguicidas, etc. Además, muestra múltiples beneficios, como es la aplicación precisa en áreas de difícil acceso y la menor exposición del aplicador, ahorra agua y tiempo y aumenta la productividad del agricultor.
La agricultura de precisión mediante el uso de mapas con indicadores de vigor vegetativo permite que los agricultores ahorren entre un 10% y un 30% en las dosis de fertilizantes que aplican. Por tanto, abre un mundo de ventajas como consecuencia de aplicar este tipo de tecnologías a la gestión de los cultivos. De entre las principales aplicaciones del uso combinado de la teledetección y la agricultura de precisión para la ayuda en la toma de decisiones del agricultor, cabe destacar las siguientes:
-Gestión del cultivo con el seguimiento de los costes de explotación, ingresos y beneficio por parcela.
-Optimización del aporte de nutrientes mediante mapas de evolución vegetativa y estrés hídrico para aplicar las dosis adecuadas, según las necesidades de cada planta.
-Detección de enfermedades y plagas y optimización de la aplicación de tratamientos fitosanitarios reduciendo el consumo y el impacto medioambiental.
-Planificación de la cosecha en función de mapas de madurez del fruto teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas, la demanda y el precio en los mercados objetivos.
-Reducción en el uso de herbicidas mediante la aplicación puntual o el uso de sistemas mecánicos apoyados por sensores selectivos.
En fin, un mundo nuevo de agricultura y de las formas de tratamientos que se le hacen al campo. Quedan cada vez más atrás la escardila y la mochila, control del campo desde un mando y un ordenador. El futuro está a la vuelta de la esquina, aunque en el campo no haya esquinas.