Semana Santa, tiempo de saetas, palabra procedente del latín "sagitta", flecha. Canto religioso interpretado a capela, sin acompañamiento musical. Las saetas flamencas son las más extendidas actualmente. Fuentes, en otros tiempos, fue tierra de saeteros y arte flamenco. Según José Manuel Hidalgo, gran conocedor de la saeta y de sus intérpretes, en Fuentes hubo grandes flamencos y saeteros como José Zacarías, El Clarín y José Siria, entre otros. Recuerda que la tarde noche del 14 de septiembre se organizó una fiesta flamenca en casa de su tío Manuel López conocido como Mane de Carmen Hidalgo, que les acompañó a la guitarra.
En el libro “Investigaciones de Flamenco II, Biografías de Cantaores y Cantaoras. Los Vendrines y la Ópera Flamenca”, de Luis Benito Corral, un extremeño amante del flamenco descubrí una cantora flamenca de principios del siglo pasado, una fontaniega famosa en el mundo del flamenco. María Blanca Jiménez Martín, nació en Fuentes un 24 de febrero de 1897, hija de Manuel Jiménez y Carmen Martín. Esta última era una destacada cupletista andaluza.
María Blanca inició sus primeros pasos artísticos en el año 1907 y fue conocida como “La Sultanita”. Participó con solo 10 años en un festival benéfico ante un numeroso y distinguido público en la inauguración del Salón Regio, situado en la Plaza San Marcial de Madrid. Al año siguiente, en el mes de febrero, reapareció formando parte de un espectáculo de baile titulado “La Bohemia”, en el Teatro Lírico de Madrid, compartiendo escenario con artistas destacadas como Antonia Chavera, Pepita Sevilla, Amalia Molina, Leonor de Frutos, Isabel Muñoz, Nieves Gil, la Estrella Andaluza y la Bella Oriental.
María Blanca Jiménez contrajo matrimonio el 10 de agosto de 1912 con Carlos Hernández Delgado, “Vendrines”, famoso empresario de espectáculos y creador de la ópera flamenca. Después del 1914, María Blanca actuó como pareja artística de su marido, conocidos ambos como “Los Vendrines”. Destacó como bailarina en el gran salón Doré, que después sería el salón Eslava y posteriormente el Teatro Barcelona, situado en la Rambla de Barcelona, los días 27, 28 y 29 de julio de 1920.
También compartió escenario con La Niña de los Peines en el Teatro Santa Isabel de la Granja de Torre Hermosa (Badajoz), en las fiestas patronales de Santiago. Realizaron tres funciones y en el cartel figuraban "la bailarina La Varguitas, la cancionista Niña de las Saetas, la encantadora cupletista La Sultanita y la incomparable Niña de los Peines", que deslumbró en los tres días a todo el pueblo y a los de otros pueblos que fueron al espectáculo. En 1921 participó en una fiesta en Jerez de la Frontera junto a Alendra y Carmelita Sevilla organizada por la "Junta de Damas y Caballeros" de la Cruz Roja.
Desde 1922, gestionado quizás por su marido Vendrines, fue contratada por el Teatro Romea de Murcia, donde, convertida en prototipo de mujer atractiva andaluza, fue muy aclamada y convirtiéndose en una artista de variedades muy cotizada. A partir de entonces, actuó en teatros de variedades muy afamados; 1923 en el Teatro Maravillas, situado en el barrio Malasaña de Madrid; y en 1924 actuó en el Teatro Rey Alfonso, en el Paseo de Recoletos de la capital de España, en la comedia “La Ráfaga”, de gran éxito, calificada por su actuación como la reina del cuplé andaluz; en 1927, en el Teatro Monumental Cinema, con una serie de funciones llamadas “Agrupación La Sultanita”, uno de los conjuntos de variedades y cante flamenco más interesantes de la época en Madrid, por donde pasaron los más cotizados cantaores y cantaoras flamencas. De esta agrupación, que se mantuvo en cartelera durante dos años, fue su promotora y directora.
Tras esta experiencia, en 1929 la encontramos realizando giras artísticas en Barcelona, actuando junto a su hija Aurorita Imperio en el Circo Barcelonés. Sus últimas actuaciones artísticas fueron en el 1930 en el Teatro Nuevo Mundo de Barcelona, donde apareció en sus carteles como la "Emperadora del Cuplé Andaluz" junto a su hija Aurorita Imperio, que se había convertido una destacada bailarina y "maga de los palillos", según recogía el diario La Vanguardia. A partir de ese año se retiró del mundo del espectáculo, aprovechando el éxito de sus campañas artísticas. Después de quedar viuda, vivió retirada muchos años en Madrid, donde falleció el 5 de noviembre de 1986 de una trombosis cerebral, a la edad de 89 años.