El pronunciamiento del teniente coronel Riego que restableció la monarquía constitucional en la España de 1820, iniciándose con ello el denominado Trienio Liberal, tuvo consecuencias directas en las cofradías, pues ante las restricciones que les fueron impuestas éstas declinaron realizar sus estaciones de penitencia. Las estrictas reglamentaciones se prologaron durante los años sucesivos, dando lugar a un largo quinquenio sin cofradías en las calles de Sevilla. Una ausencia que se extendió más allá del regreso del absolutismo, no recuperándose la normalidad hasta la Semana Santa de 1826.
En ellas se impedía a las hermandades el uso de capirotes, antifaces y túnicas, les prohibía estar en la calle después del toque de oraciones y mandaba a las de madrugada que no salieran hasta el amanecer, todo ello en bien del «interés público y la conservación del orden». Ante ello, las corporaciones declinaron efectuar sus estaciones de penitencia por «las extrañas condiciones que imponía la autoridad civil con alardes arbitrarios y las hostilidades a las nuevas ideas», argumentando que lo dispuesto iba en contra de sus tradiciones.
Pero que no lo hicieran en la capital no implica que en otros puntos de la geografía provincial las cofradías no realizaran sus pertinentes estaciones de penitencia, en cumplimiento de su regla de dar culto público a sus Titulares, siempre que lo permitieran las condiciones económicas de las corporaciones, las circunstancias atmosféricas u otra serie de aspectos mayores.
De este modo, en 1820 hicieron su estación de penitencia en Fuentes de Andalucía las cofradías del Señor de la Humildad (Miércoles Santo), Vera Cruz (Jueves Santo) y Santo Entierro (Viernes Santo), y en 1821 fueron dos las cofradías que pudieron procesionar. El 19 de abril, Miércoles Santo, lo hizo la Humildad y el Jueves Santo, Jesús Nazareno, desde el convento de los frailes mercedarios descalzos. Y es a partir de 1822 cuando se produce un trienio en el que las cofradías fontaniegas no llevan a cabo sus públicas estaciones de penitencia, sumándose de este modo a la larga ausencia de la capital hispalense. Tal es así, que no lo hicieron en 1822, 1823 ni 1824 [1]1.
Fue únicamente la cofradía de la Humildad la que consiguió mantenerse activa ininterrumpidamente durante estas primeras convulsas décadas del siglo XIX. Desde 1825 a 1830 –ambos inclusive– es la única hermandad que logra poner su cofradía en la calle durante la Semana Santa fontaniega. Ya en la década de 1830 se localizan datos esporádicos de actividad en las cofradías de Jesús Nazareno y del Santo Entierro. Y no es hasta 1841 cuando de nuevo certificamos documentalmente una Semana Santa completa con las cofradías de Humildad el Miércoles Santo, Vera Cruz en la tarde de Jueves Santo, Jesús en la madrugada del Viernes Santo y el Santo Entierro en este último día en horario vespertino.
Retrocediendo al inicio, en el que citábamos cómo a pesar de las restricciones y la ausencia de cofradías en la capital, en Fuentes las cofradías salieron en 1820 y 1821, no ocurriría ya lo mismo en 1822, cuando el culto fue estrictamente interno.
A pesar de ello, el Señor de la Humildad sí procesionó –aunque la Virgen de los Dolores no lo hiciera–. No fue en Semana Santa, sino en los días de Cuaresma, y lo hizo en dos ocasiones en un transcurso de nueve días. Así queda asentado en los libros de colecturía de la parroquia Santa María la Blanca, en cuyas páginas quedan detallados los gastos que las procesiones y cultos al Señor ocasionaron.
El 17 de marzo de 1822 se «trajo el Señor de la Humildad a la Yglesia para hacerle un Novenario de Misas» [2] con la asistencia de todo el clero, «en procesión de rogativas» desde la ermita de san Francisco. La iniciativa clamaba la gracia de la lluvia ante la calamitosa situación de sequía que azotaba al campo fontaniego. En adelante, y durante nueve días, el Señor de la Humildad presidió en el templo mayor de Santa María la Blanca un «novenario de misereres», concluyendo el domingo 24 de marzo con función solemne y sermón. Concluidos los cultos, el lunes 25 la devota efigie del Señor de la Humildad regresó a su barrio del Postigo del Carbón en procesión de rogativas, tal como a la ida.
Fue un 25 de marzo, como hoy, pero dos siglos atrás.
NOTA: La imagen que ilustra este artículo es una recreación que no corresponde a la realidad.
[1] Para profundizar en el hecho, véase: GÓNZALEZ FERNÁNDEZ, Francis J. Cuando Sevilla se quedó sin cofradías, pero en Fuentes de Andalucía salieron los pasos a la calle. 1820 / 1821. En Revista de la Semana Santa de Fuentes de Andalucía 2020. Fuentes de Andalucía (Sevilla): Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Jesús de la Santa Vera Cruz y María Santísima del Mayor Dolor, 2020, núm. 25, págs. 20-22.
[2] Archivo Parroquial Santa María la Blanca de Fuentes de Andalucía. Libro 14 de Entierros. Folio no paginado.
1 Para profundizar en el hecho, véase: GÓNZALEZ FERNÁNDEZ, Francis J. Cuando Sevilla se quedó sin cofradías, pero en Fuentes de Andalucía salieron los pasos a la calle. 1820 / 1821. En Revista de la Semana Santa de Fuentes de Andalucía 2020. Fuentes de Andalucía (Sevilla): Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Jesús de la Santa Vera Cruz y María Santísima del Mayor Dolor, 2020, núm. 25, págs. 20-22.