La culpa la tienen las nubes, a las que les ha dado por descargar agua a "to meté". La culpa la tiene el viento, que agita las ramas de los árboles, rozan el tendido y provocan cortocircuitos. La culpa la tiene Endesa, que no cambia el tendido eléctrico desde que los indios cabalgaban con plumas en el pelo. La culpa la tiene Díaz Gálvez, que no gasta un euro en la red de distribución desde que Cristóbal Colón descubrió América. La culpa la tiene Francisco, el Papa de Roma, no el alcalde -o sí- por no rezarle a San Pedro como Dios manda. La culpa la tuvo el tren y, mientras tanto, el paisanaje de Fuentes sufre un servicio eléctrico que tilda de tercermundista.

Lo cierto es que la única corriente eléctrica que fluye sin cortes por las viviendas de Fuentes es la que generan los chispazos de cabreo de casi todos los fontaniegos. Indignación sin microcortes. Cabreo que ha llevado al alcalde y la Asociación de Consumidores de Fuentes a convocar una concentración de protesta este viernes a las seis de la tarde en la plaza España. Los convocantes amenazan con no abandonar esta vez las protestas hasta que se encuentre una solución definitiva. Las protestas contra los microcortes empezaron hace cinco años sin que hasta ahora haya habido más arreglo por parte de las empresas responsables del servicio eléctrico que echar balones fuera y situar una posible solución en el horizonte lejano.

El gerente de Díaz Gálvez, Joaquín Lozano, ha dicho hoy a Fuentes de Información que la solución a los microcortes está en este momento en manos de Endesa, compañía que trae la luz hasta el núcleo urbano de Fuentes y que su empresa distribuye después casa por casa. "No es cuestión de culpar a nadie, pero la responsabilidad es de Endesa. Si ellos no garantizan el fluido hasta los enganches del Pozo la Reina y la Harinera, nosotros no podemos llevarlo a las viviendas". Lo que está ocurriendo estos días es que el temporal provoca cortocircuitos que tumban la tensión hasta que el sistema automático vuelve a conectarlo según Díaz Gálvez. Voltios arriba o abajo, lo que pasa es que los microcortes de Fuentes son un problema insignificante para el gigante Endesa y demasiado grande para la hormiguita Díaz Gálvez.

Díaz Gálvez lleva diez años diciendo que va a tirar un cable nuevo desde la subestación de la Monclova, única solución real para los problemas de suministro eléctrico que sufre Fuentes, por valor de un millón de euros. Proyecto que Joaquín Lozano ha dicho hoy que todavía está en fase administrativa. O sea, presentando papeles para obtener permisos. La única novedad es que Endesa ya ha concedido permiso a Díaz Gálvez para engancharse a la subestación de la Monclova. Atrapados por la burocracia. Cuando acabe esa carrera de obstáculos empezará la guerra de las expropiaciones a los propietarios de las fincas por las que deberá pasar el tendido y sólo a continuación podrá hacerse realmente la instalación y acabar con los microcortes. Es decir, una eternidad para quienes tienen que acabar de ducharse alumbrados con una linterna.

La presidenta de la Asociación de Consumidores, Anabel Martín, asegura que es Díaz Gálvez la que tiene que responder del suministro porque está obligada mediante los contratos que firma con los usuarios. "Si no puede hacerlo porque Endesa le falla, que le exija a Endesa. Una empresa tiene que ofrecer el servicio que contrata con sus clientes. Si no lo hace, que renuncie al monopolio que ostenta desde hace un siglo y deje a otros que cumplan". Entre el gigante y la hormiguita, los fontaniegos están a dos velas y no atisban otra salida que echarse a la calle a ver si por allá arriba en los despachos, a alguien se le enciende una luz en el cerebro -y los bolsillos- que sirva para acabar con el desastre eléctrico. Al final, como casi siempre, todo depende de la presión que la ciudadanía pueda ejercer mediante el interruptor de la protesta. Este viernes a las 18 horas delante del ayuntamiento.