En Fuentes apenas queda vida sindical y la poca que hay la hace el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) dice José Caballero Villar, "Pepe Lechuga". Hace veinte años que nadie piensa, ni por asomo, en plantear una huelga para mejorar las condiciones de trabajo en los tajos. No queda vida sindical ni política porque lo que hay es la actividad institucional que hace el ayuntamiento, agrega, más dedicada a gestionar intereses particulares que a promover mejoras en las condiciones de vida de la población general. Como se ve, Pepe Lechuga no tiene pelos en la lengua. Este albañil fontaniego, revolucionario y republicano, es secretario de Organización nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores.
Pregunta.- ¿Cómo están en los tajos los derechos de los trabajadores?
Respuesta.- Mal, muy mal. No se cumplen las mínimas condiciones que fija el convenio, sobre todo en salarios y en el pago de los desplazamientos a quienes tienen que ir lejos a trabajar. El kilometraje no se paga desde hace diez años y el que exige lo que reconoce el convenio del campo se queda en casa. Ahora falta gente para el verdeo, pero el 90 por ciento de los que están trabajando van por cuenta y el que no coge las cajas que fija el agricultor o no vuelve a le apuntan una peoná cada dos días. El convenio establece un jornal de 49,16 euros, pero lo que se paga es 40 o 45. A los inmigrantes, entre 30 y35 euros y la mayoría sin alta en la Seguridad Social. Eso es lo que hay.
P.- ¿Dónde están los sindicatos?
R.- No están. Bueno, nosotros sí estamos. El SAT es el único a pie de tajo. Los otros son sindicatos burocráticos, de firmar convenios o acuerdos con las administraciones, pero sin poner un pie en los tajos. Mira que me duele decir esto, pero es la pura verdad. Nosotros no rechazamos sentarnos con las instituciones, pero le miramos a la cara a los trabajadores, que tienen muchos problemas. Los sindicatos "apesebrados" han firmado barbaridades a cambio de prebendas. Eso explica, entre otras cosas, que se haya sufrido un retroceso en las condiciones de trabajo muy grave. Excepto los funcionarios, todos los demás trabajadores tienen ahora peores condiciones de trabajo que hace diez años. No hay inspectores que vayan a ver lo que ocurre en los tajos y si desde el sindicato denunciamos, tardan quince días en aparecer. O no aparecen nunca.
P.- Por eso todo el mundo quiere ser funcionario, ¿no?
R.- Yo fui doce años concejal de IU, ocho en la oposición y cuatro en el gobierno municipal en coalición con Pepe Medrano. He sido político y ahora soy sindicalista, que es lo que me gusta más, aunque las dos cosas son muy necesarias en democracia. El ayuntamiento es la mayor empresa de Fuentes y no lo está haciendo bien porque desde que está este gobierno no ha sacado casi ninguna plaza a convocatoria pública. Sólo ha sacado las plazas de policía local y eso porque no tuvo más remedio que hacerlo. Todos los demás que han entrado ha sido por adjudicación directa y eso, además de ilegal, no es igualdad de oportunidades para todos los fontaniegos. Ojo, que yo no critico a los trabajadores que han entrado así, sino a quienes han aplicado un procedimiento ilegal e injusto.
P.- Hay quienes dicen que el PSOE también lo hacía.
R.- Sí, pero ni mucho menos con este descaro. Es que hay 25 o 30 personas que entraron para un trabajo eventual y llevan ahí diez años. Entran con un contrato por obra y servicio y se pueden quedar para toda la vida. Eso es absolutamente ilegal y las consecuencias ya se están viendo en algunos ayuntamientos. Algo tendrá que decir el secretario, ¿no? Antes había una junta local de empleo, en la que estaban representados los sindicatos. Esa junta no se reúne desde hace años. Esto es fruto de la mayoría absoluta y de que enfrente no hay una oposición digna de ese nombre. El PSOE ni fiscaliza la labor del gobierno municipal, ni actúa ni pelea nada. El ayuntamiento se limita a atender a su clientela y nadie le pone freno.
P.- ¿Qué hacer?, que dijo Lenin
R.- La situación es muy negativa y habrá que tomar conciencia de ello. Una parte de culpa de lo que está pasando la tenemos también los trabajadores porque nos falta conciencia de clase y movilización. En ese sentido, en el SAT apostamos por la movilización porque las leyes favorecen cada vez más al patrón. Nuestra vocación es ser más un movimiento social y que un sindicato. Nosotros arriesgamos cuando organizamos acciones como fue la expropiación de alimentos de Mercadona para repartirlos a los que los necesitaban en la crisis de 2008. O la ocupación de la finca de Las Turquillas. Sabemos que la expropiación de alimentos de primera necesidad no soluciona el problema, pero creemos necesarias esas acciones como medio de concienciación y protesta. Por ejemplo, cuando se estaba rehabilitando la iglesia de Fuentes, en la obra casi todos los trabajadores venían de fuera. Fuimos nosotros los únicos que paramos la obra y conseguimos que se incluyera gente de Fuentes.
P.- ¿Cuál es la situación del SAT en Fuentes?
R.- Tenemos un centenar de afiliados, estamos a pie de tajo velando para que se cumplan las leyes laborales, ofrecemos formación, movilizamos y ofrecemos asesoría jurídica. Todo eso por cuatro euros al mes si el trabajador es agrario y seis si pertenece al régimen general. En Andalucía somos 7.000 afiliados. Para beneficiarse de la asesoría jurídica no hay que ser afiliado, pero los afiliados pagan un 5 por ciento si cobran una reclamación laboral y los no afiliados pagan el 15 por ciento. Nuestros afiliados son de dos tipos, los que están en el SAT por ideología y los que están por la atención que reciben.
P.- Como número dos del sindicato estarás liberado, ¿no?
R.- Sólo durante los meses de la aceituna y cuando el sindicato tiene dinero para eso. Este año he estado liberado dos meses, septiembre y octubre. Al contrario que los de otras organizaciones, los liberados del SAT cobramos el salario mínimo.
P.- ¿Cómo de grave es la situación de los trabajadores en Fuentes?
R.- El desempleo es del 30 por ciento, aunque muchos cobran el paro y los mayores de 52 años, todo el año sin necesidad de justificar peonadas. Muchos van al campo sólo a juntar las peonadas para cobrar el paro. La verdad es que parado sin nada no hay en Fuentes. Se va trampeando con esto y con lo otro. Eso no es bueno, pero el que está parado tiene que comer como sea y el sistema permite el fraude cuando no manda inspectores. Ahora parece que algo se mueve en la inspección desde que está este gobierno.