El centro de Fuentes está pidiendo a gritos una puesta al día. Un profundo cambio que lo ponga a la altura que merece. Para empezar, el casco histórico reclama urgentemente la peatonalización y la eliminación de varias bolsas de aparcamiento en el entorno de la iglesia, declarada de Bien de Interés Cultural (BIC). También urge dotarlo de arbolado abundante, liberarlo de barreras que dificultan la movilidad de las personas, someterlo a una profunda limpieza de calles y fachadas, modernizar el mobiliario urbano, reubicar la señalización viaria y los contenedores de basuras. Con un poco de cuidado en el exorno, Fuentes deslumbraría aún mucho más. De ahí la urgencia de una revisión a fondo que debería empezar por la peatonalización y eliminación de muchas de las bolsas de aparcamiento que "contaminan" el casco histórico, afean un espacio de alto valor cultural.
Las anteriores son algunas de las peticiones formuladas por personalidades de la vida de Fuentes consultadas por este diario: Manuela Barcia (profesora de la Universidad de Sevilla), Jesús Cerro (cronista oficial de la villa), Ana Jiménez (presidenta de Afontur), Honorio Aguilar (arquitecto propietario del casa número 1 de la Carrera) y María Aurora Martín Ruano (del consejo editorial de Fuentes de Información). La conclusión principal de las entrevistas realizadas por este diario es que la imagen de Fuentes no está en consonancia con lo que cabe esperar de su calidad histórica y de su valor cultural.
Los monumentos del centro de Fuentes tienen un alto valor arquitectónico y, en general, están en buenas condiciones de conservación, pero no su entorno. Las piezas funcionan por separado, pero el conjunto falla. Santa María la Blanca es un diamante, pero engarzado en un brazalete de latón. Coches y contenedores de basura la constriñen, le restan mucho esplendor. Lo mismo cabe decir de los conventos de San José y las Mercedarias, del centro comercial y de la calle Lora, las plazas de Andalucía y España, el nuevo Ayuntamiento y la Carrera. Fuentes tiene muchas joyas, pero mal encastadas por mor del imperio de los coches, la falta de cuidado y la ausencia o la inadecuada colocación de los elementos del mobiliario urbano.
Las limitaciones al uso de los coches en los centros urbanos suelen ocasionar fuerte resistencia de los vecinos, acostumbrados a aparcar en la puerta de sus casas. El rechazo es una constante en este tipo de iniciativas municipales. Pero también lo es la aceptación posterior. Del rechazo se pasa, en poco tiempo, a la aprobación e incluso al aplauso. Ha ocurrido en todas las ciudades y pueblos. Puede que también Fuentes lo haga cuando un día no muy lejano el ayuntamiento decida imponer restricciones al tráfico rodado en el centro. Porque al principio produce incomodidades. Hay que dejar el coche algo más lejos. Pero a cambio genera tranquilidad, sosiego y belleza. Sobre todo, reduce la contaminación y protege el planeta.
Este último factor, la protección del planeta, debe ser el determinante para avanzar en la peatonalización del casco histórico de Fuentes, en opinión del arquitecto Honorio Aguilar. En un mundo asomado al abismo del cambio climático, no es sostenible un modelo de movilidad basado en el uso indiscriminado del coche, argumenta. Le acompañan en esta opinión María Aurora Martín Ruano y Manuela Barcia. No hay proporción -dicen- entre las cortas distancias que hay en Fuentes con el uso desmesurado del coche. Estamos acostumbrados a coger el coche para todo. Para ir al cajero automático de la Carrera, por ejemplo, aunque luego se salga a caminar "a ninguna parte" para combatir el colesterol. Es una de las contradicciones más flagrantes de este sociedad.
Junto al factor medioambiental, esencial, hay razones de calidad de vida y de embellecimiento del centro. Si Fuentes no tuviera un patrimonio arquitectónico tan importante, prevalecería la defensa del planeta. Pero Fuentes necesita "pacificar" el centro, hacerlo más habitable, acogedor. Y bello. Ana Jiménez, presidenta de Afontur, asegura que el entorno declarado Bien de Interés Cultural debe estar libre del tráfico rodado y de los aparcamientos que afean el centro. En eso están de acuerdo las citadas personalidades consultadas. El centro como está es un modelo caduco, más propio de una población del siglo XX que del siglo XXI. La Sevilla del centro peatonal es europea, la anterior, con 1.200 autobuses, taxis y coches recorriendo a diario la avenida de la Constitución, era africana. Primero hubo rechazo, muy fuerte, y ahora nadie volvería atrás.
Ahora le toca a Fuentes. Lo complicado es que el vecindario acepte restringir el tráfico de buen grado y determinar hasta dónde y cuándo. ¿Dónde poner las barreras a los coches? ¿Cierre completo o sólo parcial? A esas preguntas lanzadas por este periódico, las personas ya citadas responden de forma unánime que todo el entorno de la parroquia de Santa María la Blanca. Eso incluiría la Carrera, al menos desde la calle Flores, Fernando de Llera y Díaz, Nazareno, paseíto la Plancha, San Sebastián, Lora desde la calle la Huerta, plazas de España y Andalucía y calles San Juan Bosco y Monjas. La calle Mayor es la más complicada de peatonalizar debido a su carácter de arteria esencial e insustituible. Al menos habría que disminuir el tráfico y, sobre todo, eliminar los aparcamientos de la plaza de Andalucía y frente al centro comercial. hogar del pensionista y ayuntamiento.
¿Cuándo?. Fuentes ya va tarde en esta cuestión. Cuanto antes. Aunque antes es necesario abrir un debate con los afectados y ofrecerle alternativas de movilidad y, sobre todo, aparcamientos alternativos lo más cerca posible de sus domicilios. La participación y el debate de ideas deben existir, pero sin que eso suponga eternizar las decisiones. Habrá que regular las zonas de carga y descarga y crear aparcamientos en los accesos a las zonas libres de coches. Fuentes tiene 3.927, según datos del INE. Si se reparten los 7.200 habitantes entre los 3.900 coches no caben ni a dos personas por cada coche. Muchas tienen tantos coches como habitantes.
El siglo XX fue un tiempo para el reinado de los coches. La ciudadanía cedió al automóvil gran parte del espacio de convivencia. Ensanchó calles para facilitar el tránsito, reservó lugares comunes para aparcar y dejó que el aire se impregnara de sustancias tóxicas para sus pulmones y el planeta. La voracidad del coche no ha tenido límites, hasta acaparar en muchos casos incluso los mejores espacios de las casas, destinados a garaje. Esa forma de relacionarse con el coche ha empezado a declinar y hoy en día el modelo de pueblo o ciudad del futuro debe devolver al ser humano al menos una parte del terreno perdido. Pueblos y ciudades hechas para caminar y para los transportes públicos. ¿Para cuándo Fuentes?
(Próximo sábado: ¿Cómo hacer Fuentes todavía más habitable y bonito?