A estas alturas de la vida nadie discute que el carnaval es un veneno que se mete en el cuerpo y no te deja vivir para otra cosa que no sea la murga, la comparsa o la chirigota. La ventaja de este veneno es que no mata, resucita. Y no produce pesar, sino alegría. Alegría muy seria. Porque el carnaval, al contrario de lo que creen por ahí arriba, es una cosa muy seria. Produce risa, pero de forma muy seria. Manolo Casal y Modesto Barragán ha pasado por la feria del libro de Fuentes para presentar su libro "Generación Tangai", un recorrido por 30 años de vivencias del carnaval de Cádiz a través de Canal Sur.
Nota para los no iniciados: tangai significa jaleo y alboroto en el habla gaditana, esa forma de expresarse incapaz de sobrevivir más allá de Puerta Tierra. Guachinai o al liquindoi son otras. Modestamente, Modesto Barragán presume, junto a Manolo Casal, de ser un privilegiado por haber participado en la universalización del carnaval de Cádiz. En realidad, Canal Sur los llamó hace treinta años para "rellenar" dos horas de programación que no sabían qué hacer con ellas. Ellos se encargaron de darle la vuelta para convertir el relleno en una de las señas de identidad de la cadena.
Así es la gente de Cádiz, Manolo, de San Fernando. Modesto, de Ubrique. Antes de todo esto estaba mal visto formar parte del mundo carnavalero. La televisión era seria, fría, estirada, aburrida. La gente del carnaval era de mal vivir que muchas veces acababa en chirona porque se adentraba en la crítica política o hacía letras picantonas. Ahora es todo lo contrario y Cádiz no sólo vive seis meses pensando cómo se va a divertir durante los otros seis meses, sino que medio Cádiz vive del carnaval. Será porque el 52 por ciento no tiene otra cosa que hacer cada mañana cuando se levanta, ha ironizado Manolo Casal.
Modesto Barragán y Manolo Casal, yo me guiso, yo me como, han amenizado la presentación de "Generación Tangai" con coplas y anécdotas. Treinta años viviendo, sintiendo y contando el carnaval de Cádiz dan para mucho. Como la vez que iban a Canarias en avión con la comparsa del Love y todo el pasaje acabó cantando, haciendo la ola y pidiendo al piloto que parara en una venta. Genio y figura. Gente de Cádiz, ocurrente, creativa, divertida. A compás.
De Fuentes, los dos periodistas conocen la singularidad de las máscaras y se alegran de que la influencia de Canal Sur no haya podido con ellas. "Sabemos la tendencia a la unificación de los gustos que refuerza la televisión, pero eso no quita que en sitios como Fuentes se mantenga la singularidad de las máscaras y las murgas". La cultura del carnaval entra por los poros, recorre las venas y empuja a la guasa, al cante y a la burla. Pero como cultura que es, el carnaval hay que tomárselo en serio. Muy en serio.