Los campos de exterminio nazis contienen el nombre de Fuentes. Antonio Hidalgo Moreno, de los "Cachete", fue gaseado en el castillo de Hartheim después de pasar por Mauthausen. La ficha de este crimen señala que Antonio, marcado como el preso número 6781, nació en Fuentes de Andalucía el día 8 de noviembre de 1912. Hoy, 5 de mayo, se conmemora el día de homenaje a las víctimas españolas del nazismo. La fecha para conservar la memoria de las víctimas fue elegida por ser la de la liberación del campo de concentración de Mauthausen, lograda por las tropas aliadas el 5 de mayo de 1945, apenas cuatro meses antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los largos tentáculos del nazismo llegaron a Fuentes para extender hasta aquí su rastro de sangre y destrucción. Un aciago 19 de diciembre de 1941, Antonio Hidalgo, con apenas 28 años, hijo de José Hidalgo Guerrero y de Dolores Moreno Sánchez, fue gaseado en el castillo de Hartheim (Austria) y su cuerpo quemado en un horno. Entre 1940 y 1944, este castillo fue utilizado por los nazis para exterminar a miles de prisioneros de guerra que procedían de los campos de concentración. Campos creados por el mismo nazismo y fascismo que ahora, gracias a la desmemoria de muchos, amenaza con rebrotar en medio de la confusión política.
La historia de Antonio Hidalgo es larga y corta a la vez. Larga, porque estuvo jalonada de acontecimientos históricos capaces de llenar una extensa biografía. Pero corta porque fue asesinado con poco más de 28 años. Larga, porque vivió dos guerras, a cuál más salvaje. Una fratricida entre 1936 y 1939 entre los propios españoles iniciada por un general fascista, Francisco Franco, admirador de Mussolini y de Hitler, y otra entre 1939 y 1945 iniciada por los nazis que se creían una raza superior llamada por Dios para dominar el mundo.
Cuando empezó la primera de esas guerras Antonio tenía 24 años y tuvo que escapar de Fuentes con su hermano Sebastián porque un primo de ambos les delató como republicanos. El padre de ellos, José Hidalgo Guerrero, fue muerto a culatazos cuando lo iban a fusilar y le arrancó de un bocado una oreja al falangista que lo quería esposar. La muerte de José Hidalgo dejó a Dolores Moreno viuda con una patulea de hijos muertos de hambre. Había parido 19, de los que 8 murieron, algunos de hambre. Sobrevivieron 11, entre ellos Dolores Hidalgo Moreno, madre de cuatro hijos nacidos en la emigración en Cataluña.
Sebastián fue capturado y pasó tiempo en campos de concentración españoles, de cuyas secuelas murió aún joven. En cambio, Antonio llegó a Francia, donde fue internado en un campo de concentración por el Gobierno colaboracionista de Petain antes de ser deportado a Mauthausen, el 27 de enero de 1941, y después a Gusen, el 17 de febrero de ese mismo año. Finalmente, la fría mañana del 19 de diciembre 1941 lo llevaron a Hartheim, donde fue gaseado. Tenía 28 años y su único delito fue soñar con un mundo más libre y justo.
La historia, larga o corta, la he rememorado para este periódico su sobrina Dolores Morillo Hidalgo, hija de Dolores Hidalgo. Esta sobrina de la víctima fontaniega de los campos de concentración conoció por su madre la historia de su tío Antonio. "Cuando lo contaba no podía evitar que le temblara todo el cuerpo", dice. Recientemente han planeado con su hijo una visita al castillo de Hartheim, donde les ofrecieron un traductor a su disposición y ofrecieron todo tipo de información y disculpas por lo ocurrido a su tío Antonio. Dolores Morilla lamenta que ese mismo trato hacia las víctimas del nazismo no se dé también en España. Asegura que "tanto en Francia como en Alemania sienten vergüenza de lo que hicieron, mientras aquí no existe ningún tipo de arrepentimiento de los verdugos ni de monumento en memoria de las víctimas del franquismo".