El ayuntamiento de Fuentes es un punto caliente estos días a raíz de la polémica sobre su situación económica. Y Manuel Verdún, personal laboral fijo por oposición y presidente del comité de empresa, con 25 años de antigüedad en el puesto, puede contribuir a conocer mejor el estado de la cuestión. En esta entrevista alumbra luces y sombras sobre la gestión del ayuntamiento. Entre las luces, la amplitud de los servicios que la corporación ofrece a los fontaniegos. Entre las sombras, la ausencia de convocatorias públicas de empleo, la precariedad y la inflación de personal. Sobre la situación económica opina que el ayuntamiento no pasa por su mejor momento, algo que puede ser coyuntural.
Pregunta.- En 25 años, 20 como delegado sindical, cuántos alcaldes y concejales has tratado?
Respuesta.- He conocido seis alcaldes y seis o siete equipos de gobierno y otros tantos delegados de personal. El más accesible de todos ellos, el que tenía más sensibilidad hacia los trabajadores, fue Diego el Tío los Hierros. Será que fue trabajador y sindicalista. Muchos de los que le han sucedido han trabajado poco fuera de la política.
P.- ¿Cuántos trabajadores tiene el ayuntamiento?
R.- Funcionarios son 23. Laborales hay 55, de los que sólo 6 somos fijos y 49 indefinidos. A esos 78 hay que sumar otros 47 de temporales, algunos de ellos asignados a programas que tienen subvención de otras administraciones. Otros 40 puestos son de ayuda a domicilio financiados por la ley de Dependencia. Aproximadamente otros 20 están en planes de empleo, también subvencionados. En total hay unos 185 empleados, sin duda la mayor empresa de Fuentes. Yo creo que el ayuntamiento está sobrepasado de personal, aunque hay servicios donde falta gente y departamentos donde podrían sobrar. Esta inflación de personal puede ser como consecuencia de una apuesta del equipo de gobierno por ofrecer el mayor número de servicios a la población, aunque eso conlleva asumir competencias propias de otras administraciones. Por ejemplo, en Educación. Cuando entré a trabajar había una única auxiliar de ayuda a domicilio y ahora hay cerca de 50. Estos datos salen de la relación oficial de puestos de trabajo.
P.- ¿Qué servicios ofrece el ayuntamiento fuera de su competencia?
R.- El ayuntamiento es el paño de lágrimas de todo el pueblo. Todo el que tiene un problema quiere que se lo resuelva el alcalde, aunque muchas veces esa solución escape de las atribuciones de un ayuntamiento. La gente que necesitaba viajar durante el confinamiento acudía al ayuntamiento, el que se queda sin trabajo, el que tiene que enviar un escrito a la Junta, el que se traslada a Francia por la vendimia, el que estudia fuera de Fuentes, el que necesita un taxi para ir al médico, el que tiene que hacer la declaración de la renta... Yo entiendo que eso ocurra, lo que no parece viable es que el ayuntamiento diga a todo que sí porque eso es alargar más el brazo que la manga. Gran parte de esas atenciones del ayuntamiento puede tener la finalidad de conseguir adeptos, algo comprensible si tenemos en cuenta que es la regla básica de todos los partidos para seguir gobernando.
P.- ¿De ahí vienen las deudas?
R.- De ahí viene una parte de la deuda, la otra parte viene del retraso de otras administraciones en pagar lo que le deben al ayuntamiento. Meterse en proyectos que no son competencia propia, como por ejemplo construir un gimnasio para un colegio que es de la Junta de Andalucía hace que haya que afrontar gastos por encima de los recursos. Son opciones políticas del equipo de gobierno que respeto, pero que tienen consecuencias. Lo mismo que contratar personal para proyectos que se salen de las competencias, una decisión que crea empleo en el pueblo, pero que obliga a buscar recursos para pagar salarios. Es una opción política. Cañada Rosal, con 4.000 habitantes, no creo que tenga más de 20 empleados en plantilla. El problema es que el ayuntamiento de Fuentes tiene una plantilla que supera en mucho a las de municipios similares, con salarios bastante más bajos.
P.- Existe el convencimiento de que los empleados públicos trabajan poco y ganan mucho.
R.- Ese es el mito. Pero la verdad es que en este ayuntamiento se trabaja mucho y se cobra poco. El salario medio puede estar en 1.500 euros al mes, pero algunos no superan en mucho los 1.000 euros. Con una antigüedad de 25 años y 8 trienios, cobro 1.150 euros al mes. Un policía local de Fuentes cobra menos que otro de La Luisiana, por poner un ejemplo. Uno de Marchena gana mucho más. Estamos a la espera de que se aplique la nueva valoración económica de los puestos de trabajo, aprobada en 2019, pero que todavía no ha podido hacerse realidad por problemas técnicos y presupuestarios. Eso hace que, otro ejemplo, los secretarios municipales no aguanten mucho tiempo en Fuentes porque en cuanto tienen ocasión se van a otra plaza mejor pagada.
P.- ¿Y la acusación de que trabajan poco?
R.- En todas partes hay de todo. Aquí hay personas que no paran y personas que trabajan más relajadamente. Pero la inmensa mayoría cumple bien con sus tareas. Como decía antes, Fuentes ofrece más servicios a la población que otros municipios similares y eso sólo se explica si sus empleados trabajan a fondo.
P.- Hace dos años que está "caducado" el comité de empresa del ayuntamiento. ¿Para cuándo elecciones sindicales?
R.- Estamos en situación de prórroga y no sabemos cuándo habrá elecciones sindicales. La verdad es que cuesta Dios y ayuda conformar candidaturas para elecciones sindicales porque nadie quiere asumir esta tarea. En parte porque supone cierta dedicación añadida y en parte porque te tienes que señalar, comprometerte. La verdad es que el trato con el equipo de gobierno es cordial y correcto, pero algunos creen que reivindicar mejoras en las condiciones de trabajo es poco menos que "morder la mano que les da de comer". Para las elecciones hay que formar una lista de cinco candidatos por cada sindicato que quiera presentarse y eso es casi misión imposible. Ahora somos tres delegados de UGT y dos de CC.OO.
P.- ¿Qué mejoras ha conseguido el comité de empresa?
R.- Hemos firmado dos convenios, uno en 2001 y otro en 2010. El primero fue el mejor y supuso la equiparación salarial entre funcionarios y laborales. Hasta entonces los funcionarios ganaban unas 35.000 pesetas más que los laborales, aunque hicieran el mismo trabajo. También hemos logrado que se pague a los trabajadores el finiquito cuando terminan un contrato, algo que estaba en el estatuto del trabajador pero que en Fuentes no se había pagado nunca hasta hace cinco años.
P.- ¿Desde cuándo no se convocan plazas para trabajar en el ayuntamiento?
R.- Desde hace casi 20 años no ha habido oposiciones para cubrir plazas, con la excepción de los puestos de policía municipal. Eso no es bueno porque, por un lado, no hay igualdad de oportunidades para quienes quieren acceder y, por otro, los que están carecen de estabilidad en sus puestos de trabajo. Hay que entender que esta situación puede deberse a dos causas. Una puede ser que el equipo de gobierno quiera rodearse de la gente más capacitada, que no siempre coincide con la mejor opositora (el mejor opositor no siempre es el mejor trabajador público) y otra puede ser que quiera rodearse de empleados que les deban el puesto de trabajo y, por lo tanto, el voto. Las dos causas son compatibles.