Habrá limitaciones al tráfico en el centro de Fuentes, pero no antes de lograr un consenso social sobre el alcance de las mismas. Hasta dónde llegará la peatonalización, cómo se hará y cuándo. El ayuntamiento lleva tiempo decidido a impulsar un debate que culmine con la "pacificación" del centro. Los vecinos y vecinas van a tener la palabra en los próximos meses. El alcalde, Francisco Martínez, es partidario de la peatonalización, pero antes quiere escuchar lo que opinan quienes van a ser afectados por las limitaciones al tráfico rodado. Afectados para bien y para mal. Porque siempre que se ha llevado a cabo una medida así ha habido resistencias. Cambiar hábitos no es fácil y el uso del coche es uno de los más arraigados. Nunca ha habido una peatonalización sin quejas iniciales, aunque al poco de llevarse a cabo haya sido aceptada y hasta aplaudida por casi todos.
No es causalidad que se emplee el término "pacificación" para hablar de poner límites al tráfico rodado en una zona urbana. Pacificar es restar tensión, crispación, estrés, a la vida en determinada zona donde la saturación de coches. Porque el tráfico y el aparcamiento se han convertido en un serio problema para el vecindario del centro. Hay demasiados coches, muchos de ellos subidos en las aceras entorpeciendo el paso de los peatones, generando ruido y contaminando el aire, además de afeando un entorno catalogado de Bien de Interés Cultural. La lucha entre el peatón y el coche se ha saldado durante décadas a favor del coche, que ha acabado imponiendo su ley. También las terrazas de los bares han acabado triunfando, especialmente a raíz de la permisividad inaugurada por la pandemia, pero ésa es otra historia.
Está comprobado que el coche es insaciable en su afán de acaparar espacios en los pueblos y ciudades y que cuanto más terreno se le deja, más quiere. Durante años se han ampliado calles y avenidas y habilitado amplios espacios para aparcamientos. Todo se hace insuficiente al poco tiempo. Finalmente, los ayuntamientos han llegado a la conclusión de que la única solución no es seguir cediendo terreno al avance imparable del coche. Es preferible ponerle coto. Ahora la tendencia en todas partes es contraria a la anterior. Lo que funciona es, primero, ofrecer a la ciudadanía la alternativa del transporte público, con aparcamientos cercanos y, segundo, limitar la circulación de vehículo y facilitar el paso a los peatones.
Es lo que el ayuntamiento de Fuentes quiere hacer. El alcalde, Francisco Martínez, prefiere hablar de pacificar el centro, en vez de peatonalizar. Ofrecer alternativas en vez de prohibiciones. Apaciguar y embellecer el centro de Fuentes para ganar calidad de vida y evitar agresiones visuales al patrimonio monumental. Por eso quiere que la pacificación sea una de las actuaciones principales de los próximos cuatro años. Cuatro años para lograr un antes y un después. Conquistar otra imagen, otra calidad de vida para Fuentes. Una revolución estética.
Probablemente cuatro años sean insuficientes para culminar una transformación tan grande del centro, pero al menos servirán para el arranque y para que se vean las primeras actuaciones. Hay tiempo y mayoría política para no tropezar con obstáculos insalvables. Puede que la decisión política sea inicialmente impopular, pero eso es habitual cuando se quiere conquistar el futuro. Gobernar no es siempre hacer lo que reclama la población.
Lo primero es abrir el debate. Será a la vuelta del verano. Asociaciones de todo tipo, grupos de vecinos, comerciantes del centro y profesionales serán llamados a dar su opinión. Habrá voces a favor y en contra. Algunos ya se han pronunciado a raíz de esta serie de artículos avanzados por Fuentes de Información. Pero el proceso no ha hecho más que arrancar. Este periódico anima a sus lectores a pronunciarse a través de escritos remitidos al correo electrónico fuentes.andalucia.informacion@gmail.com. Con argumentos a favor o en contra. Con propuestas concretas, como la que este martes ha hecho Anabel Gutiérrez Martín, presidenta de la Asociación de Consumidores y Usuarios.
Después del debate, vendrán los cambios de la normativa, los reglamentos y el diseño. El ayuntamiento ha puesto a trabajar a los técnicos en un modelo ambicioso para cambiar Fuentes. Un cambio "en profundidad" del centro, del comercio y de la relación del centro con los barrios. Para devolverle vida al centro, que languidece cada vez más. Que llene el centro de personas y comercios locales. El modelo requiere combinar la peatonalización con la creación de bolsas de aparcamientos periféricos pero próximos al centro. El ayuntamiento estudia la viabilidad económica de contar con un microbús que sirva para unir los estacionamientos con el casco histórico y con los diferentes servicios públicos: centro de salud, salón de la Huerta, polideportivo, colegios... El principal aparcamiento iría en el exterior del Ruedo, al final de la calles Mediomanto, Convento y Calderero, donde estuvo la vaqueriza de Malaspatas.
El proyecto que prepara el ayuntamiento, aún muy embrionario, incluye el acondicionamiento del parking de la plaza de Andalucía, haciendo más fácil y atractivo su acceso. Prevé cerrar al tráfico una parte de la Carrera, al menos desde las calles Flores y Calderero. El resto de la Carrera tendría un único carril para coches y aceras más amplias, con arbolado y bancos para el descanso de los paseantes. Las dos callejuelas de la iglesia serían peatonales, lo mismo que el paseíto de la Plancha y la plazas de Andalucía y España. La calle Mayor deberá tener serias restricciones de tráfico. como la calle Lora desde la Huerta. También las calles Hornos y San Juan Bosco. El centro comercial de la calle Mayor, ahora en decadencia, sería potenciado mediante su transformación en un mercado de abastos.
Todo ello, con abundancia de arbolado donde sea posible, la transformación general del mobiliario urbano y el cuidado especial de las fachadas y de los elementos de exorno. Esa transformación a fondo requiere que se den tres condiciones imprescindibles: el acuerdo y la colaboración activa de la ciudadanía, la disponibilidad presupuestaria y la voluntad política. En el ayuntamiento dan por sentadas las dos últimas. Hay voluntad política para abordar el cambio que Fuentes necesita para estar en consonancia con los tiempos que corren. Habrá disponibilidad económica porque el proyecto es de largo recorrido. Probablemente de más de una legislatura. Lo que falta por ver es si hay consenso social y colaboración ciudadana. Sin la colaboración activa del vecindario sería difícil contar en Fuentes con fachadas embellecidas y acordes con la estética de Fuentes. El debate está servido.