Cómo expresar el sentimiento de derrota, de tristeza, que siento. ¿Termina una época? Vamos hacía un grupo amorfo de individuos dándole la razón a Margaret Thatcher cuando decía algo así como que la sociedad no existe, solo individuos cada uno con sus intereses individuales, pequeños diría yo, engañosos añadiría. Ya estamos en ello.

Confieso que yo también he sucumbido al desánimo, al “todo para nada” “todo para qué”. Tengo que dejar de preocuparme, pienso. La sensación de soledad te va hundiendo. Más tarde me digo que no hay que dejarse vencer por la estrategia del neoliberalismo, del capitalismo que lo hace muy bien ante los errores de la izquierda.

Me analizo y trato de convencerme que no veo fantasma de una época que se acaba, que Thatcher tenía razón y la distopía está aquí, que el mundo, mi mundo, ese que conocí cuando la ilusión y las ganas de cambiarlo nos empujaba, se fue para siempre. Tal vez ni hubo ganas ni ilusión, todo fue un espejismo ampliado por espejos dispuestos a lo largo del camino que reflejaban las imágenes que queríamos ver, pero que solo existían en nuestra imaginación.

Necesito que alguien me diga que hay que seguir, que se puede, que la mediocridad y el consumismo no pueden ser la salvación. Siento a veces que molesto, que no se puede ir por ahí intentando demostrar que hay que andar ojo avizor para que no nos engañen, para estar enfrente de los que tiene el poder, llámese político, empresarial o de las redes sociales, esas que llegaron para conectarnos, para unirnos y han sido fagocitadas, compradas, por los mismos que están haciendo del mundo un lugar irrespirable.

No sé si es por vanidad, por querer estar por encima a causa de una superioridad moral perniciosa que no ayuda a los demás, cuando sientes que no sumas, que restas, piensas que es hora de dejar tranquilas a las demás, sientes que es hora de retirada al jardín bucólico que crees merecer. Lo que sí tengo claro, cada vez más claro, es que la edad me hace más rebelde a pesar de todo lo dicho, que no voy a renunciar a mis convicciones.  A pesar de haber intentado convertirme en una mujer convencional -¡qué aburrimiento, por los dioses!- me vuelvo a ver metiéndome en charcos que me mojan los pies.

Hay una cita de Marco Aurelio que, siendo larga, quiero darla a conocer a las que no la conozcan y que me ayuda: “Al amanecer, repítete: me voy a encontrar con un entrometido, con un desagradecido, con un insociable. Esas cosas le suceden por su desconocimiento de los bienes y los males. Yo que he conocido la belleza del bien, que es bella, y la naturaleza del mal, que es fea (…) no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues nadie me hará caer en vergüenza, ni tampoco puedo encolerizarme con mi semejante ni odiarlo; hemos nacido para una tarea en común (…) Por ello actuar unos en contra de otros es contrario a la naturaleza”.