Millones de personas en el mundo tienen que sobrevivir con menos de un euro al día. Hay cientos de países que son enormes territorios de pobreza interminable. Uno de ellos es Guinea-Bissau, país que está entre los diez más pobres de la tierra. ¿Quién le puede reprochar a un guineano que trate por todos los medios de buscar una vida mejor en Europa? ¿Quién no haría lo mismo en su lugar? Cabá Sambú es gobernador de Bafatá, la región más pobre de Guinea-Bissau. Antes que gobernador fue profesor de instituto y presidente de la ONG "Asociación Nacional de Jóvenes para la Seguridad Alimentaria". Esta semana ha estado en Fuentes, donde se ha reunido con el alcalde, Francisco Martínez. También ha mantenido un encuentro en Écija con los responsables de la Mancomunidad de Municipios.
Pregunta.- ¿Qué hace en Fuentes el gobernador de la remota región de Bafatá?
Respuesta.- He venido a saludar a las autoridades de Fuentes y de la Mancomunidad de Municipios de Écija para agradecerles la ayuda que prestan a mi región desde hace bastantes años. También quería agradecerles la ayuda a los amigos de Periodistas Solidarios, impulsores del proyecto Laovo Cande de cooperación al desarrollo. Este proyecto, que también tiene financiación de la Diputación de Sevilla, está haciendo una labor importantísima para la mejora de las condiciones de vida de muchas personas de mi país y para prevenir la emigración. Creo que todos los vecinos de Fuentes deben sentirse orgullosos de tener a estas personas entre ellos.
P.- ¿Qué están haciendo en su país?
R.- Hasta ahora han construido y sostienen dos escuelas, que acogen este curso a 103 niños y niñas, un centro de salud equipado con dos médicos y una ambulancia, una granja, hecho pozos. Los alumnos tienen así asegurada una comida diaria en la escuela, comida que ofrece la ONCE. Además, el ayuntamiento de Fuentes ha mejorado el edificio del colegio de primaria y el curso pasado ayudó en el transporte escolar. Esto ocurre en una aldea que se llama Candemba-Uri. Nada de eso existía cuando llegaron los Periodistas Solidarios. En Bafatá, la capital de la región, han creado una emisora que se llama Radio Mujer, cuya finalidad es luchar a favor de la igualdad entre hombres y mujeres y la defensa de los derechos humanos. Como gobernador, y dado que estaba en Portugal, creo justificado estar aquí para agradecer lo que están haciendo.
P.- ¿Cómo es la región de Bafatá?
R.- Bafatá es la región del interior del país, hacia el este, y tiene unos 300.000 habitantes. La capital es Bafatá y es la segunda ciudad más importante del país. Como anécdota, puedo decir que la madre del futbolista Ansu Fati es de Bafatá y que su padre, Bori Fati, jugó unos años en el Sporting de Bafatá. La madre, Lourdes, vivía al lado de Radio Mujer. Para toda la región hay un único hospital, deficientemente equipado, al que Periodistas Solidarios ha donado mobiliario y materiales procedentes del Servicio Andaluz de Salud. En toda la región hay seis colegios y no tenemos ningún centro de formación profesional. Precisamente ese centro de FP queremos que sea el próximo proyecto de Periodistas Solidarios.
P.- ¿Y cómo es Guinea-Bissau?
R.- Es un pequeño país de África occidental, frente al Atlántico y situado al sur de Senegal. Fue colonia portuguesa hasta 1974. Tiene menos de tres millones de habitantes y una gran diversidad étnica y religiosa, que conviven sin problemas. Pero es muy pobre. Nuestra principal fuente de riqueza es la producción de anacardos, nuestro petróleo, aunque su comercio depende de grandes empresas que pagan muy mal a los campesinos. Nos falta inversión para abordar la transformación local porque lo exportamos todo en bruto y eso hace que la riqueza se vaya fuera. Producimos 250.000 toneladas, pero una quinta parte se exporta ilegalmente a través de la frontera con Senegal, donde el precio es mayor. Para colmo, la covid ha paralizado durante un año el comercio mundial de anacardos y eso ha provocado hambre en las familias de muchos campesinos.
P.- ¿Qué hace su gobierno para evitar la emigración?
R.- Con los recursos que tenemos no podemos hacer mucho. Trabajamos con los líderes comunitarios para sensibilizar a los jóvenes de que la emigración no es la solución a sus problemas y para que sepan que viajar en un cayuco a Europa conlleva muchos riesgos. Conocí a jóvenes que murieron en su viaje a Europa. Uno de ellos grabó un audio antes de salir diciendo que su situación era insostenible, que había tomado la decisión de emigrar y que, a partir de ahí, Dios hiciera su voluntad. Se quedó en el océano. Nosotros no tenemos modo de cortar esa emigración y los gobiernos europeos no van a impedirlo con fronteras, alambradas y policías. El problema es la desigualdad económica y la única solución será mejorar la economía de los países de África.
P.- Difícil solución.
R.- Sí, muy difícil porque no hay voluntad política entre quienes tienen los recursos para hacerlo. Tratamos que crear tejido emprendedor entre los jóvenes ayudándoles a organizarse en asociaciones, pero necesitamos recursos para lograrlo. Ahora vamos a abrir en Bafatá un centro de juventud con apoyo de la Organización Internacional de las Migraciones para ofrecer formación y un pequeño banco para conceder microcréditos. La mayoría de la población está en desempleo o vive del comercio informal o del trabajo para el Gobierno. La mitad de las familias reciben alguna ayuda de los emigrantes que mandan dinero de Europa cuando pueden y lo que pueden. Unos mandan 100 euros al mes, otros 200, cada uno lo que puede.
P.- ¿Es posible el desarrollo?
R.- Sin la ayuda exterior es imposible. Dependemos de la ayuda que nos llega de fuera, bien de las ONG como Periodistas Solidarios, bien de las remesas que envían los emigrantes. Las condiciones internas no hacen posible el despegue por nosotros mismos. Nuestro potencial está en la agricultura, tenemos buenas tierras y mucha agua, pero carecemos de capital para invertir en maquinaria y de mano de obra cualificada. Podríamos ser un país rico, pero somos uno de los más pobres de la tierra.
P.- ¿Cómo es el sistema político de Guinea-Bissau?
R.- Tenemos un sistema democrático con elecciones cada cuatro años, aunque hasta la pasada legislatura ningún gobierno cubrió su periodo de vigencia. Por primera vez en más de 40 años de independencia, el anterior gobierno estuvo cinco en el poder. Aunque tengo que decir que en esos cinco hubo cuatro gobiernos distintos. Antes ninguno duraba por culpa de los enfrentamientos políticos entre los partidos o por golpes de estado. Y, claro, con esa inestabilidad crónica no hay manera de avanzar. Nuestro parlamento tiene 101 diputados, en este momento compuesto por seis partidos, cuatro de los cuales apoyan el gobierno de coalición.
P.- El otro grave problema endémico es la corrupción.
R.- Claro, eso destruye a cualquier país, incluso con ayuda exterior. La corrupción hace que la ayuda se pierda porque en vez de ir a parar a potenciar el desarrollo acaba en los bolsillos de unos cuantos privilegiados. La corrupción no sólo afecta a las autoridades, sino que se extiende a toda la sociedad y hace que haya una economía oculta más importante que la visible.