El nombre inolvidable de Benjamín debe quedar inmortalizado en una placa de homenaje en su esquina de la Carrera con la calle Cruz Verde. Benjamín es ya patrimonio inmaterial de Fuentes. Por eso me atrevo a hacer este llamamiento a todos los fontaniegos y fontaniegas de bien que quieran aunar su voz para que el buen ferretero tenga su merecido homenaje en la esquina más entrañable de todas las esquinas de Fuentes. Como recuerdo y como homenaje a quien mantuvo abierto su establecimiento más de 40 años y a sus sobrinos que prolongaron su vigencia otros treinta años más. Aurelio y Antonio también son Benjamín, todos en Fuentes somos benjamines. Son muchos años 75 para pasar sin más al olvido.
El pequeño establecimiento comercial de las grandes ciudades tanto como los de los pueblos están entrando en un proceso de recesión. Están afectados principalmente aquellos históricos, que por causa de la pandemia y de la subida de precios con la inflación o alquileres por las nubes, son obligados a cerrar sus persianas. En algunos casos el cierre se acelera con una prejubilación o una jubilación esperada y este último es el caso de la ferretería Benjamín de la Carrera.
Como si de una carrera popular se tratara y con un cartel de meta en el número 37 de la calle San Miguel esquina la Calle Carrera, han llegado con el suficiente aliento Antonio y Aurelio, dos corredores natos como los buenos deportistas. Dos deportistas que, con verdadera ética, han sabido llevar su largo periplo en el trato directo con las vecinas y vecinos de nuestro pueblo. Estos dos corredores de fondo han sabido llevar el código ético de su profesión, el respeto por sus competidores. La amabilidad y el trato humano han marcado la historia en nuestro pueblo.
Aurelio y Antonio, Antonio o Aurelio, formarán parte de nuestra memoria de los vivos y formarán parte de la memoria histórica de nuestros muertos. Benjamín está en Fuentes en cada cajón de cocina, cada ventana vestida, cada pared encalada, cada ropita lavada, cada cuadro de los abuelos colgado en la pared, cada cámara de rueda de bicicleta pinchada, cada reja engalanada, cada botón cosido, cada bombilla alumbrando nuestra sala de estar, cada polvito para las cucarachas o cada plato brillante que reposa en nuestros armarios. Aurelio y Antonio han entrado sin permiso en muchos hogares fontaniegos, sin llamar a la puerta. Sabemos que ellos forman parte en objeto y alma de nuestro día a día. A partir de ahora otros objetos entrarán por nuestro zaguán pero no tan llenos de alma.
Fuentes no sólo ha de presumir de valor histórico tangible, porque lo tiene, sino que tiene que ensalzar el valor intangible del sabor de lo nuestro. Por todo ello, pongo sobre la mesa mi humilde propuesta de una placa para Benjamín en la Carrera. La propuesta que aparece abajo no es más que eso, una propuesta. ¿Te apuntas?