Trabajar de lo que a uno le gusta es de los mayores regalos que te puede hacer la vida. Muy pocos privilegiados van cada día al trabajo pensando "yo estaría dispuesto a pagar por hacer lo que hago y no sólo no tengo que pagar, sino que me pagan". Uno de esos privilegiados es el fontaniego Ángel Muñoz Retamero, profesor de música formado en el conservatorio Manuel Castillo de Sevilla y en el Real Conservatorio de Madrid. Corren malos tiempos para casi todo, pero especialmente para las artes. Con la pandemia, la música se ha retirado a sus santuarios, los conservatorios, a esperar tiempos mejores. En uno de ellos, el Centro Antonio Lorenzo de Motril, da clases de composición, armonía y análisis musical Ángel Muñoz Retamero.
Pregunta.-¿Ser profesor de música es lo mismo que ser músico?
Respuesta.-La música es un arte que tiene dos partes, una innata y otra aprendida. Sin embargo, Beethoven decía que el dos por ciento de la música es talento y el resto es perseverancia y trabajo. No es verdad que haya que tener un oído especial. Para la música vale todo el mundo, el esfuerzo es lo que cambia, que será menor si tienes aptitudes.
P.- Profesionales como tú demuestran que de la música se puede vivir ¿no?
R.- Sí, pero con mucho esfuerzo. Tienes que darlo todo y, aún así, los que vivimos de la música es porque estamos en la docencia, porque del espectáculo es imposible en estos tiempos. En toda Andalucía seremos unos 80 profesores de Composición, repartidos en los 20 conservatorios que hay.
P.- ¿Te sientes un privilegiado?
R.- En el sentido de que vivo de lo que me gusta, sí. Ir a trabajar no me supone un esfuerzo, no tengo sensación de estar trabajando. Me pagan por hacer algo por lo que yo estaría dispuesto a pagar. En este momento estoy en Motril sustituyendo a un profesor que está de baja laboral y doy clases a alumnos de entre 14 y 18 años, aunque también tengo alumnos mayores que yo.
P.- ¿Cuándo supiste que querías dedicarte a la música?
R.- Formalmente, nunca me lo plantee. La música ha formado parte de mi vida de manera natural desde siempre. En la escuela, cuando otros niños se iban a jugar a fútbol, yo me iba a la escuela de música. Estudiaba música lo mismo que respiraba, comía y bebía, sin pensar.
P.- ¿Cuál es el momento actual de la música?
R.- La música vive un momento muy variado. Antes había tres o cuatro tipos de música. Oigo por todas partes mucha música electrónica y mucho latino. Yo lo escucho todo porque es necesario conocer antes de opinar. Y me quedo con el flamenco. Marchena, el Cabrero, Terremoto, Niña Pastori...
P.- ¿Es Fuentes una buena cantera de músicos?
R.- Fuentes ha dado buenos profesionales de la música. Para mí, el mejor es Manuel Barcia, un magnífico compositor que vive en Fuentes y es profesor de Composición en el conservatorio de Sevilla. También ha dado buenos percusionistas como Antoñito Moreno o el hermano de Cecilio. La percusión es lo más fácil para empezar porque de niños todos hemos tenido un tambor y nos parece que sabemos aporrearlo, pero lo difícil es pasar de dar golpes a hacer música.
P.- ¿Hay una época dorada de la música en Fuentes?
R.- Sí, sin duda. Fue la época en la que Fuentes tenía muchos alumnos en conservatorios de Sevilla. Ahora hay muy pocos porque no se les anima a ir más allá. Se tiende a creer que si eres en algo el mejor en tu pueblo, eres el mejor del mundo. Y no es verdad. Hay millones mejores que yo y peores, poquitos.
P.- ¿Qué le falta a Fuentes?
R.- Le falta música y un teatro en condiciones porque el salón de la huerta no tiene acústica. Ahora, no porque estamos en esta situación, pero en general falta una oferta cultural más amplia, traer artistas de fuera porque siempre ha habido que salir fuera para ver y escuchar buena música.
P.- Como músico, ¿te sientes reconocido en tu pueblo?
R.- Dentro de mi círculo, sí, mucho. Pero en general, a medias. A mí no me gusta que me halaguen el oído, pero he sido víctima de alguna que otra controversia con las agrupaciones musicales de Fuentes. Es injusto que se tache a determinados profesionales, como es Manuel Barcia, el mejor y el menos reconocido.
P.- Hay que emigrar...
R.- Si quieres ir a por todas, tienes que emigrar. Ni siquiera Andalucía da oportunidades a sus músicos. Yo tuve que salir. He tocado con la Orquesta Sinfónica de España o en la Filarmonía Santa Cecilia en teatros como el Real de Madrid o el Maestranza de Sevilla, en el Auditorio Nacional, en el Lope de Vega, en el Palau de la Música de Valencia.