Una peoná han echado esta tarde las deportistas del Fuentes de voleibol femenino hasta cosechar una nueva victoria. ¡Y van cinco seguidas! Varea que te varea, las de Fuentes han sacado otro jugoso 3-1 frente a las de Murcia. Andan los mayetes liados con las aceitunas en los campos y, en el polideportivo de la Estación, las muchachas recolectando este sábado bolas que saben a gloria. Varear en los campos ya se varea poco porque las aceitunas son cultivadas en sembrados intensivos, igual que setos de mirto o romero en los jardines de la Alhambra, antes de ser engullidas por cosechadoras zancudas. Como intensivo ha sido el partido de esta tarde para arrancarle la victoria a un equipo, el murciano, que ha defendido cada pelota en juego contra vara y vibrador.

No ha sido ni fácil ni descansados los cuatro sets disputados esta tarde. El primero no ha caído del cielo para las de Fuentes, aunque puede considerarse el más certero, arrancado con uñas y dientes con una ventaja de siete puntos: 25-18. El segundo, ni con uñas ni con dientes porque ha sido para las murcianas por 24-26. Apurado, pero adverso. El tercero ha sido de nuevo para el Fuentes, esta vez por 25-19. Idéntico resultado ha tenido el cuarto, cosechado por el Fuentes por 25-19, con una recta final digna de un esprín ciclista, cuando todo parecía indicar que las fontaniegas habían agotado todos los argumentos ofensivos. Los argumentos defensivos no han flaqueado en ningún momento del partido, tanto de un lado como de otro.

Jugar a voleibol es algo así como coger aceitunas pero, al revés que en la haza, en la cancha el éxito consiste en conseguir que la fruta no caiga en terreno propio, sino en el contrario. La red -el fardo- es el padrón y el manijero es el entrenador que elige la cuadrilla, fija la meta de la peoná y establece la estrategia para llevarse los tres puntos de la jornada. Moisés de Hoyo buscaba tres puntos y los ha obtenido. Buscaba seguir encaramado en la segunda posición de la liga: objetivo logrado. La cuadrilla de este año en el voleibol femenino fontaniego está todavía en rodaje -acaba de empezar la temporada como aquel que dice- con más bajas por lesión que el año pasado y en permanente proceso de ajustes, pero así y todo, con triunfos continuados.

El olivo murciano se ha resistido con dureza para no soltar las aceitunas. Ha cedido a regañadientes, con muchas dosis de colocación y defensa. Algunos puntos ha habido que arrancarlos trabajosamente. Para un equipo modesto, como el de Fuentes, que se mide con lo más granado de la primera división no es poco motivo de satisfacción andar en la cúspide de la liga. La semana que viene se enfrenta a una prueba aún más dura porque viene a jugar a la Estación el Universidad de Granada, actual líder de la primera, imbatido aún. Presión, precisión y trabajo, mucho trabajo peoná tras peoná.