Nada que temer. Todo son bondades en torno a la planta de biogás que está previsto que empiece a ser construida en junio. Según el alcalde, solucionará los problemas de residuos que tienen los ganaderos y no meterá a los fontaniegos en una nube de malos olores. Francisco Martínez sale así al paso de quienes anuncian a los vecinos un futuro pestilente. Alarmismo injustificado, dice, que se volverá contra quienes lo practican porque la ciudadanía, que ahora puede tener dudas razonables, entiende rápido la decisión cuando se le da información. En este caso, como en tantos otros, lo difícil es discernir entre la información fiable y la propaganda. Para Francisco Martínez, información es lo que va a dar el ayuntamiento mediante una serie de reuniones con los vecinos, barrio a barrio. Para los que se oponen a la planta, la información la van a dar ellos en una reunión convocada el sábado día 8, a las 5 de la tarde, en el salón de la Huerta.

Pregunta.- ¿Temes que la polémica de la planta acabe afectando negativamente al equipo de gobierno?

Respuesta.- Todo lo contrario. Cuando a la gente se le explica con sosiego este proyecto y la apuesta municipal, la entienden perfectamente y la valora. Cuando pase el ruido provocado por algunos y se instale la lógica y el sentido común, se verá como una apuesta coherente y responsable del equipo de gobierno, pensada para el avance de Fuentes y para incorporarnos a la apuesta por las energías renovables. Puede haber fontaniegos que tengan dudas razonables. A ellos les vamos a dar argumentos para que confíen aún más en este equipo de gobierno. Somos conscientes de esta decisión, meditada y analizada desde hace muchos años. Estoy seguro de que después algunos tendrán que pedir disculpas por tanto ruido, tantas barbaridades, tanto cortoplacismo electoral y tan poca visión de futuro. Este compromiso por el biometano se sumará a la gran cantidad de proyectos y de transformaciones que hemos venido desarrollando en los últimos años. En todo caso, estamos dispuestos a pagar una factura por lo que hacemos, siempre mejor que no hacer nada.

P.- Si la planta es tan buena, ¿a qué responde que haya quienes se oponen?

R.- No sé qué hay detrás de ese rechazo, pero posiblemente puede haber otros intereses, como el desgaste del equipo de gobierno aprovechando las dudas razonables que pueden albergar algunos fontaniegos que carecen de información. Por eso estamos empeñados en esa campaña de información barrio a barrio que empezamos mañana. Desde noviembre tenemos previsto un plan de comunicación para explicar el proyecto a la ciudadanía, plan que se ha precipitado ahora por la polémica desatada en las redes. Frente a nuestro empeño por traer y gestionar proyectos buenos para Fuentes, a otros sólo les interesa el ruido y el no por el no. Tenemos una oposición que deja mucho que desear.

P.- Entre las dudas razonables está el recorrido que harán los dieciséis camiones diarios que acarrearán residuos a la planta. Primero iban a circular por unos sitios, luego por otros...

R.- En dos años de trabajo, el proyecto ha ido cambiando para incorporarle mejoras en beneficio de la población. El último proyecto incluye nuevos recorridos lejos del casco urbano. Uno de ellos, en el norte, por una ronda rural desde el puente del Pino hasta la A-407. Por esa ruta norte pasarán ocho de los dieciséis camiones. Los otros ocho llegarán desde el este directamente por la A-407. Los técnicos nos dicen que el uso de los caminos de la ruta norte no necesita permiso de medio ambiente dado que no se trata de una ocupación de esas vías pecuarias, sino de un mero uso. Algunos tramos de esos caminos requieren arreglos y la empresa que promueve la planta se ha comprometido a hacerlos.

P.- Otra duda es que vengan a Fuentes los residuos que otros pueblos no quieren.

R.- El 70 por ciento de las 140.000 toneladas la materia que tratará la planta procederá de un radio inferior a 15 kilómetros, especialmente del sector ganadero de Fuentes. La planta tiene una dimensión pequeña, ajustada a las necesidades de su entorno cercano y con una tipología de residuos consistente en estiércol, purín, pajas y alperujo. No vendrán restos de animales procedentes de mataderos, que requieren un tipo de equipamientos de los que no está dotada esta planta. Insisto, la planta viene a atender una demanda del sector ganadero de Fuentes y es inocua para la población.

P.- ¿Y si al final llegan los malos olores?

R.- Hemos firmado con la empresa un protocolo de seguimiento que compromete el tratamiento exclusivo de purines, estiércol, gallinaza, paja y alperujo. Realizaremos estudios periódicos de emisiones y olores. Además, antes de otorgar licencia municipal de obras y actividad visitaremos una planta de las mismas características para conocerla a fondo. Esta visita será realizada por una comisión local compuesta por el ayuntamiento, un representante ganadero y personas independientes. También haremos un seguimiento del uso de los trayectos alternativos acordados para el transporte.

P.- Dicen los críticos que en este asunto priman los intereses de la empresa y que podían haber elegido otro lugar más alejado.

R.- Es verdad que la ubicación conviene a la empresa, que busca la proximidad del gasoducto y de la granja de cerdos, pero desde el ayuntamiento no hemos visto que eso sea perjudicial para el vecindario de Fuentes. La planta estará a dos kilómetros y medio, como establecen la legislación, la dirección de los vientos de la zona dice que no van a traer malos olores y los vehículos circularán lejos del casco urbano. Por otro lado, la planta soluciona el grave problema de los residuos ganaderos y genera energía renovable. Si no vemos más que ventajas, por qué vamos a oponernos a un proyecto que es coherente con nuestra política municipal de apostar por el medio ambiente y las energías renovables. Puede haber ciudadanos con dudas razonables, pero creemos que estamos en condiciones de aclarárselas y que entiendan las ventajas de una planta así.