Fuentes toca con la punta de los dedos el ascenso a la Superliga 2 del voleibol femenino. La próxima semana en Ourense seis equipos disputarán la liguilla de ascenso. Uno de ellos, Fuentes frente a ciudades y pueblos con muchos más habitantes y contra equipos cuyos presupuestos andan por las nubes. Más que en la punta de los dedos, Fuentes tiene el ascenso prácticamente asegurado porque los seis que aspiran a competir en la Superliga 2 se disputan las seis plazas dejadas por los descendidos. ¿Ascenderá Fuentes? Deportivamente, seguro. Pero no todo es deporte cuando la competición alcanza ciertas alturas. Para medirse con los equipos de la Superliga 2, Fuentes necesitaría sobre todo aumentar su presupuesto en unos 25.000 euros, según el presidente del club y entrenador del equipo femenino, Moisés de Hoyo.
El equipo de Fuentes vive en este momento la paradoja de acudir a una liguilla de ascenso esta semana en Ourense más pendiente del bolsillo del club que de la competición en sí. Calidad de juego y ganas hay a raudales en el voleibol femenino fontaniego. No hay más que mirar los resultados de las recientes temporadas. Esta última temporada, subcampeonas de grupo, detrás del Granada. La anterior, campeonas absolutas de grupo. La previa, cuartas. Fuentes sube como un cohete, pero ¡ay!, el año pasado tuvo que renunciar al ascenso para no someter al club a la tensión de las estrecheces presupuestarias. ¿Tendrá que hacerlo de nuevo dentro de una semana? ¿Está condenado un equipo exultante de juego a las limitaciones impuestas por el dinero? Moisés de Hoyo dice estar decidido a remover cielo y tierra para encontrar los 25.000 euros que necesita sumar para alcanzar el sueño. Esta pasada temporada el club en su conjunto -no sólo el femenino- ha manejado un presupuesto de 128.000 euros y necesitaría alcanzar los 150.000.

Subir de categoría es un sueño y también una necesidad porque repetir la renuncia voluntaria del año pasado sería entrar en una dinámica que podría desalentar a las jugadoras, no enfrentadas a su capacidad deportiva, sino a un elemento que escapa a sus propias fuerzas. Si año tras año están condenadas a la permanencia, para qué darlo todo en cada partido. La resignación es siempre mala consejera y letal en el deporte. Dinero, dinero, dinero. El equipo de Fuentes necesita aumentar el presupuesto si quiere estar en la categoría que le asigna su estatura deportiva.
El ayuntamiento ya ha dicho que hará el esfuerzo de aumentar su aportación al club si éste decide dar el salto. Hasta ahora ha asumido el 36 por ciento de los aproximadamente 128.000 euros del presupuesto. Seguiría asumiendo el 36 por ciento del nuevo presupuesto. La Diputación ha aportado otros 11.000 euros y el resto del dinero lo saca el club de donde puede: cuotas, torneos, publicidad de 50 comercios y empresas , rifas, lotería... Saltar de categoría supondría redoblar todos esos esfuerzos y mejorar la implicación de los fontaniegos y fontaniegas.
El ayuntamiento ayuda a solucionar una parte del problema. La justificación del dinero público que se gasta en este deporte, si es que fuese necesaria, es que pasea el nombre de Fuentes por importantes ciudades de toda España. Un pequeño pueblo de la campiña sevillana mide sus fuerzas cada fin de semana con Granada, Coruña, Fuenlabrada, Las Palmas o Coslada. Otra parte del problema, si estar en la Superliga 2 puede considerarse un "problema", ha de solucionarlo la propia población de Fuentes. ¿Quiere Fuentes tener un equipo en la cúspide del voleibol femenino? La pregunta se la hace el presidente del club. No hay respuesta. Muchos fontaniegos se congratulan de tener un importante club de voleibol, pero pocos están dispuestos a poner un granito de arena para hacerlo crecer. Las gradas del pabellón de la Estación dejan mucho que desear la mayoría de las tardes de competición.

Algunos justifican su escaso entusiasmo hacia el equipo con el argumento de que la mayoría de las jugadoras vienen de fuera. Probablemente, pocos se han parado a pensar en la causa de que eso ocurra. La única causa es que en Fuentes son pocas las chicas que eligen seguir practicando este deporte en cuanto tienen edad de disfrutar del ocio. La calle y las fiestas en las cocheras llaman más que la cancha. Dice Moisés de Hoyo que la competición deportiva exige unos compromisos de responsabilidad, esfuerzo y disciplina poco compatibles con los hábitos de la juventud fontaniega. Sostiene que "Fuentes vive el deporte como actividad extraescolar y no como una práctica educativa y eso tiene como principal consecuencia que muchas chicas lo dejan en la primera ocasión que se les presenta".
Por eso hay tantas forasteras en el voleibol femenino de Fuentes. Por eso debería ser motivo de aplauso y no de reproche. Porque ellas están dispuestas al sacrificio que pocas de aquí hacen para defender los colores del club de Fuentes en cada partido. Ellas hacen el esfuerzo añadido de venir desde sus pueblos a cada entrenamiento y a cada partido. Ellas son las que no sólo no cobran, sino que pagan por pertenecer al equipo y, encima, se les reprocha que no son de aquí. Moisés de Hoyo afirma que algún día deberían ser objeto de un homenaje por parte de Fuentes. Algún día... En definitiva, el buen juego, la suficiencia económica y el respaldo social son las tres cosas que hacen grande a un equipo deportivo. En Fuentes se da de sobra la primera, parcialmente la segunda y deficientemente la tercera. ¿Está Fuentes dispuesto a hacer grande a su equipo de voleibol femenino?