Había una vez una mujer sabia que siempre acertaba en las respuestas a todas las preguntas. A ella acudieron dos hermanas inteligentes intentando poner a prueba su sabiduría. En las manos ocultaban mariposas y tenían la intención de hacerle la siguiente pregunta: ¿Las mariposas están vivas o muertas? Fuera la que fuera la respuesta, la mujer sabia estaba condenada a equivocarse porque si decía que estaban muertas, las hermanas abrirían las manos y dejarían volar a las mariposas. Si decía que estaban vivas, las hermanas estrujarían las mariposas entre los dedos y morirían. La respuesta de la sabia mujer fue la siguiente: “está en vuestras manos que vivan o mueran”.
Lo mismo nos pasa a nosotros ahora. El futuro de nuestras "mariposas" dependerá de lo que en el hagamos aquí y ahora. Ante un presente incierto, complejo ¿cómo actuar como responsables de un futuro deseable? La respuesta está en la educación, pero no en una educación para la competencia, ni para acumular, ni para el triunfo desde el punto de vista del consumismo, sino una educación basada en valores, esos valores de los que habla Adela Cortina.
Valores que se enseñen con la acción, no con la palabra. Porque lo que queda es lo que hacemos, no lo que decimos. Una educación que enseñe a gestionar los conflictos con los demás aprendiendo cómo se siente el otro, sin buscar el castigo, sino que comprenda por qué ha ocurrido aquello que ha hecho daño, intentando buscar el origen del error. Una educación basada en el cuidado, en la curiosidad, que enseñe a pensar, a tener un pensamiento crítico, que enseñe a hacer preguntas, a cuestionar y reflexionar, porque todo lo que tú no hayas pensado, alguien lo va pensar por ti, lo que tú no hayas decidido, alguien lo va a decidir por ti.
Una educación que enseñe a ir juntos, a trabajar juntos, no podemos enfrentarnos al mundo que nos ha tocado vivir en soledad. Solo la cooperación nos va a salvar. En definitiva, hay que trabajar por una educación que nos sirva para el siglo XXI y en eso tiene mucho, todo, que decir el maestro, la maestra. Ellas y ellos tienen el futuro de nuestros hijos y nietos entre las manos. Como las mariposas de las hermanas.
En víspera del día del libro, qué mejor que buscar en ese invento maravilloso del ser humano todo aquello que nos enseña, nos divierte, nos haga viajar, soñar, vivir otras vidas. ¡Viva los libros!