Algo huele mal en el proyecto de planta de biogás y no es sólo la mierda con la que producirá metano. No hay que esperar a que empiecen a descargar los camiones y a que entre en funcionamiento la instalación prevista en la Mataelvira. La forma en que se ha hecho el proyecto, su falta de claridad, la imposición de los intereses de la empresa sobre la ciudadanía y las contradicciones en las explicaciones posteriores del ayuntamiento han extendido un ambiente poco respirable sobre los tejados de Fuentes. Esas son, en resumen, las razones que esgrime el arqueólogo Álvaro Fernández Flores para oponerse a la ubicación de la planta. Pide que la lleven más lejos, aunque eso obligue a la empresa a gastar algo más de dinero, en aras del interés común.

Pregunta.- Dice el alcalde que va a ser muy exigente con la planta de biogás.

Respuesta.- Ni creo que sea verdad ni dejo de creerlo. Me remito a lo que dice el proyecto aprobado, según el cual, es "poco probable" que los malos olores de la planta lleguen a Fuentes. El proyecto es ley, lo demás son palabras que se lleva el viento. Dice que es poco probable y establece un plan de seguimiento, pero no fija cómo atajará los malos olores si se producen. Es como decir que van a detectar el humo si hay un incendio, pero no compran extintores. Van a estudiar posible olores, pero no se comprometen a darles solución inmediata. Luego, cuando los haya, responderán pronto o tarde, ya veremos. La experiencia de otras plantas , como la de Campillos, es que del dicho al hecho hay mucho trecho. Eso es lo que no queremos los ciudadanos de Fuentes.

P.- ¿Hay o no hay oposición rotunda a la planta?

R.- Hay oposición rotunda a la ubicación actual, no a la planta en sí. Pedimos que se se aleje de Fuentes, aunque eso obligue a la empresa a invertir un poco más de dinero. Pedimos que no imperen sólo los intereses económicos de la empresa y que el ayuntamiento atienda a la demanda ciudadana y no se limite a ser portavoz de sus promotores. El alcalde debe responder a los deseos de todos los fontaniegos, de los que lo han votado y de los que no. ¿Qué intereses priman para que no se haga en la venta los Remedios, por ejemplo, a nueve kilómetros, donde ese "poco probable" del proyecto aprobado se convertiría en "completamente improbable" que lleguen los olores? Los ganaderos de Fuentes y los trabajadores se beneficiarían igual, sin que la población en su conjunto se viera amenazada por los malos olores que imponen otros intereses.

P.- ¿Qué intereses son esos?

R.- No lo sé. Entiendo que habrá ingresos por licencia de obras, actividades, IBI... Pero esos ingresos se darían igual en otras ubicaciones del término municipal.

P.- ¿Qué significa que la llegada de malos olores es "poco probable"?

R.- Significa que el estudio de los vientos dominantes se ha hecho en base a valores medios anuales. Como todo el mundo sabe, las medias son engañosas. Si tú te comes un pollo y yo no me como ninguno, la media dirá que cada uno de nosotros se ha comido medio pollo. Mentira. La mayor parte del año los vientos soplan en otra dirección, pero hay 170 días en los que pueden traer a Fuentes los malos olores de la planta. Por eso el proyecto habla de "poco probable" y no de "completamente improbable". Igual que los vientos de la zona traen desde Marchena el olor del alpechín, con la diferencia de que no apesta a huevos podridos como el ácido sulfhídrico ni es venenoso ni persistente en bajas proporciones. Insisto en que todos mis recelos se sostienen sobre el estudio del proyecto aprobado, no en especulaciones ni en bulos. Es el proyecto el que habla de los malos olores, de sulfhídrico, de dióxido, de balsas de alperujo a cielo abierto, de tratamiento de restos de animales... El que tenga dudas de lo que digo, que lea el proyecto hecho por la propia empresa.

P.- El alcalde dice que no habrá restos de animales muertos.

R.- El proyecto afirma lo contrario. No hay más que leerlo. También dice que los camiones circularán por vías pecuarias, pero la ley impone que eso se haga exclusivamente cuando no haya carreteras alternativas. En este caso las hay, aunque afecten a la población de Fuentes.

P.- Os acusan de crear alarmismo innecesario.

R.- Informar no es alarmar. Ni siquiera dudar es alarmar. Yo cada cosa que afirmo la avalo con una copia del proyecto de la planta. No invento nada. Después, ellos van respondiendo con parches, pero que no son más que palabras, justificaciones y promesas que no están en ningún documento. Dice el alcalde que no habrá restos de animales, pero el proyecto lo desmiente porque contempla esos residuos en la lista de materias a tratar. Dice no habrá malos olores, pero el proyecto afirma que serán "poco probables". Dice que harán un seguimiento, pero el proyecto no recoge un plan de actuaciones en ese supuesto. ¿Con qué nos quedamos, con las palabras o con lo que contempla la empresa en su proyecto? Aquí, el ayuntamiento se limita a decir lo que la empresa le dice que diga. ¿Desde ser ése el papel de un alcalde que dice representar los intereses de la ciudadanía?

P.- ¿Cómo se resuelve este entuerto?

R.- Vamos a ver si este sábado, en la asamblea convocada a las cinco de la tarde en el salón de la Huerta, decidimos constituir formalmente una plataforma contra la ubicación de la planta. A esta asamblea están invitados representantes de Ecologistas en Acción y miembros de plataformas de otros pueblos. Con esa herramienta ciudadana ejerceremos todas las acciones necesarias para que el ayuntamiento reconsidere su posición favorable a la empresa. Lo haremos porque la gente se siente sola en este asunto. Porque no todo es de color de rosa en este proyecto, que conlleva daños colaterales a considerar antes de que el ayuntamiento le otorgue licencia de obras.