El Congreso de los Diputados ha aprobado por fin una ley que permite disolver las asociaciones que realicen actividades de apología del franquismo o inciten directa o indirectamente al odio o a la violencia contra las víctimas de la dictadura. Al mismo tiempo, el ministerio de Cultura ha iniciado los trámites para extinguir la Fundación Francisco Franco.
La iniciativa contó con 179 votos a favor, 33 en contra y 138 abstenciones. Los grupos que apoyan al Gobierno votaron a favor, los diputados de Vox lo hicieron en contra y los pertenecientes al grupo popular se abstuvieron. La justificación del sentido del voto de este último grupo lo ha basado en la negativa de incorporar sus enmiendas. La ley pasará al Senado, que seguramente será modificada o rechazada por la mayoría popular, pero este hecho carecerá de importancia ya que volverá al Congreso, donde será aprobada definitivamente si no hay sorpresas de última.
De ahora en adelante, la disolución de una asociación que incurra en una de las prácticas prohibidas por esta ley se producirá por una resolución judicial, por iniciativa del fiscal de la memoria histórica. Lo que encierra en si esta ley es impedir que, si la Fundación Francisco Franco fuese disuelta, como pretende el ministerio de Cultura, sus componentes puedan asociarse en otras varias asociaciones franquistas o de tipo fascista. Ahora cabe preguntarnos si hay muchos o pocos grupos fascistas o franquistas en España. Muchos de ellos están inmersos en los grupos ultras del futbol.
Una gran parte de estos grupos se han formado en barrios de las grandes urbes, principalmente en Madrid, y actúan creando verdaderos problemas de orden público, aunque la policía los controla de cerca por su definido carácter violento y radical. Entre ellos destacan las Juventudes de Canillejas, que se caracterizan por el alto grado de violencia y agresividad de su líder. También está el grupo Outlaw, cuyo líder protagonizó una lucha sin cuartel para controlar a los Ultra Sur, del Atlético de Madrid. Un grupo de jóvenes integran el denominado Skin Retiro, que actúa principalmente en el centro de la capital y toda su actividad está vinculada a la ultraderecha, sobre todo en los barrios de Salamanca, Chamartín y centro. Por último, destaca el grupo neonazi Hogar Social Madrid, con disfraz de acciones sociales y copiando los modelos de la izquierda en su defensa por los ocupas, que venden su discurso fascista y xenófobo.

Hay otros grupos de neofascistas y franquistas que se reúnen en determinados bares diseminados por toda la geografía hispana. Muchos de estos bares se han convertido en un espacio de transmisión del ideario neofranquista, lugares tradicionalmente de discusión política o de deporte, principalmente el fútbol. Muchos de ellos fueron el refugio de los opositores al régimen, en donde antes pasaban de boca en boca las consignas de los partidos de izquierdas. Tras la llegada de la democracia, amparándose en la nostalgia del pasado franquista y añorando viejos valores neofranquistas, se han convertido en refugio de las ideas del régimen caído.
Sus asiduos clientes, viejos camaradas falangistas o seguidores del franquismo, han convertido estos espacios en verdaderos templos fascistoides y en ellos se oyen los viejos cánticos falangistas y proliferan los antiguos fetiches, junto a las banderas de la dictadura, restos patrióticos de artilugios de guerra, nostálgicas postales del frente, saludos fascistas, y viejos platos y menús renombrados con nombres que indirectamente incitan al odio y la violencia. Con ellos hay una tolerancia de la simbología fascistas que exhiben y que es una exaltación de la dictadura, a la que normalizan, junto a la represión y a la justificación del asesinato de miles de personas, muchas de las cuales aún están en fosas comunes o enterrados en cunetas.

Todos estos locales de ocio contravienen la Ley de Memoria Democrática. Citemos algunos: Casa Pepe, que está ubicado en el kilómetro 243 de la Autovía A-4 entre Madrid y Cádiz y está considerado como uno de los «templos franquistas» más conocidos, decorado con banderas franquistas, objetos de simbología preconstitucional y todo tipo de símbolos del régimen de Franco. Su exterior está pintado de rojo y gualda. Otro es ña taberna de Manzanares, en Madrid, en una zona obrera y su dueño se define como franquista y exhibe símbolos y retratos de Franco. El Mirador de Pelayos, ubicado en Pelayos de la Presa (Madrid) cuenta con múltiples imágenes y bustos de Franco, banderas preconstitucionales y símbolos religiosos. El local es descrito como un mausoleo franquista. Casa Eladio, en Ávila, forma parte de la llamada «Ruta del 36» y está decorado con banderas franquistas y símbolos del régimen. Por último, aunque hay otros muchos más, citaré casa Olga, marisquería ubicada en A Garda (Pontevedra) que exhibe múltiples retratos y fotografías de Francisco Franco en las paredes y posee un altar dedicado al dictador que se acompaña con fotografías y eslóganes de miembros del Partido Popular.
Todas estas asociaciones, lugares y fundaciones que exhiben abiertamente símbolos que van en contra de los principios constitucionales de defensa de la democracia y de la libertad serán de ahora en adelante, con la ley aprobada, sujetos por los tribunales del castigo correspondiente y su desaparición. ¡Eso esperemos!¡Así lo deseamos los que llevamos muchos años luchando por los principios Memoria, Libertad y Reparación!