España es el país del mundo con mayor consumo de ansiolíticos como la benzodiacepina. Eso significa que el país tiene ansiedad, que está muy tenso, especialmente las mujeres. Los psiquiatras se quejan de que las pacientes les piden algo para dormir, les dicen: “Deme algo para la ansiedad. Tengo dos niñas pequeñas y no me da la vida con el trabajo, la hipoteca, los deberes del colegio, la casa…”. Seguramente, más tarde sufrirá un síndrome de abstinencia. Así, es difícil dejar de tomar las pastillas, mientras la industria farmacéutica se forra.

La benzodiacepina es la droga más consumida por las mujeres, que así pueden hacer doble jornada laboral y de cuidados gracias al auxilio de los medicamentos. El 85% de ansiolíticos y antidepresivos se recetan a las mujeres. Comienzan muy jóvenes y el consumo va aumentando con la edad. Vivimos en una sociedad en la que se exige a la mujer ser guapa, delgada, brillante en los estudios o en la profesión, a la vez que se le pide que sea madre ejemplar, signifique lo que signifique este concepto según el momento, según lo que el mercado diga que tienes que hacer para ser una buena madre.

Una mujer joven trabajadora tiene el tiempo justo para la jornada laboral, el cuidado de la familia, de la casa y sacar tiempo para estar presente en la vida social. No es que el hombre no sufra ansiedad bajo la presión ante el modo de vida que nos hemos dado, pero el refugio en el alcohol y/o la cocaína culturalmente está más aceptado en ellos, sobre todo, el primero, que al ser una droga social no crea apenas estigma en su consumo por el hombre.

Cuando se acerca el día de la mujer empezamos a reflexionar sobre estos y otros problemas que arrastramos las mujeres, como el sufrimiento que hemos soportado con las reglas dolorosas, los dolores crónicos, la invisibilidad en la historia, en lo público, el sometimiento al patriarcado que dura y dura, haciéndonos creer que ya está todo hecho, que hemos alcanzado la igualdad real. Queda mucho por hacer y por conquistar, más ahora que entramos en una etapa histórica que no sabemos hacia donde nos lleva, pero de lo que estamos seguras es de que intentan devolvernos a un tiempo oscuro en el que la mujer era el “ángel del hogar”. Los pelos de punta se me ponen.