El equipo de gobierno surgido de las primeras elecciones municipales en Fuentes, celebradas el 3 de abril de 1979, tuvo que enfrentarse pronto a varios problemas que pusieron a prueba su capacidad de liderazgo, sus conocimientos legales y su talante para el diálogo. El primero de ellos fue la demolición de una nave construida ilegalmente en las “Erillas Altas”, junto al colegio Santa Teresa. La nave había sido construida por Juan Muñoz Rodríguez, que ya tenía allí una granja de gallinas, sin atender al hecho de que la zona había sido declarada de interés educativo. Había hecho caso omiso incluso a los requerimientos del gobierno civil para que parase las obras por carecer de licencia municipal. Ni siquiera había solicitado licencia. La discusión en el seno de la corporación sobre la posterior demolición originó enfrentamientos entre los grupos políticos y bastante revuelo en el pueblo. El día que iba a producirse el derribo se acumuló gran cantidad de gente para ver la caída de la nave y saber qué concejales estaban presentes en este acto.
Otro problema que enfrentó a los concejales fue el permiso concedido por el concejal de Festejos para que se toreasen unas vaquillas en el patio del colegio Santo Tomás. El director del colegio, que era otro concejal, dio las llaves para la utilización de recinto escolar. Las discusiones giraban en torno a si un colegio era el lugar indicado para esa fiesta, si era o no era necesaria esa corrida y sobre quiénes iban a asumir las responsabilidades en el caso de que se produjera alguna consecuencia para los alumnos. El enfrentamiento en la corporación subió de tono hasta extremos considerables.
La vida municipal arrancaba con estruendo después de más de 40 años sin libertad de expresión y actuación. Los comienzos no fueron fáciles porque los concejales carecían de experiencia, preparación y conocimientos legales para llevar a cabo la ingente labor de gobernar el pueblo. Carecían de todo, pero fueron conscientes de que había que seguir porque andando se hace camino, según la sentencia del poeta.
El paro obrero había sido desde principios del siglo pasado un importante problema para los ayuntamientos dado el carácter agrícola de las economías locales. También lo fue para el de Fuentes. Su primer ayuntamiento democrático se encontró con ese grave problema y tuvo que organizar una comisión específica para luchar contra esta lacra y planificar las obras municipales que pudieran absorber a los asalariados en situación de desempleo, en aplicación a las subvenciones que el Gobierno destinase a tal fin. Esta comisión estuvo formada por el alcalde Sebastián Martín Caro y por los tenientes de alcalde Juan Villar López, Manuel Enri Jaime, José Ramos Conde y Salvador Galán Sarria.
Las diputaciones estaban llamadas a ser los organismos que organizaran a los pueblos, a los que les ofrecerían sus servicios y crearían infraestructuras, muy deficitarias en la mayoría de ellos, sobre todo en comunicación, educación y sanidad. Por ello, en la primera sesión extraordinaria se acordó solicitar las obras siguientes:
Consultorio de la seguridad social 5.000.000 pesetas
Depósito de agua y aumento de su capacidad a 300 m3 5.000.000 pesetas
Carretera de la Vega con dominio provincia, 17.000 m. 12.000.000 pesetas
Alumbrado las calles Camino Rebeca y Cervantes. 65.000 pesetas
En las elecciones de 1979, en Fuentes habían sido elegidos 13 concejales: 6 del PCE (Sebastián Martín Caro, Juan Villar López, Salvador Galán Sarria, Justo Ruiz García, Fernando González Tortolero y Diego Gutiérrez Ruiz) 4 de la UCD (José Ramos Conde, José Manuel Rodríguez Fernández, Miguel Atienza Zamorano y José Lora García) 2 del PSOE (Manuel Enri Jaime y José Martín Ruano) y 1 al PSA (Juan Ruiz Fernández).
El nuevo ayuntamiento quedó constituido el 19 de abril, con Sebastián Martín Caro elegido alcalde por 9 votos, frente a José Ramos Conde, que obtuvo 4 votos. En esta misma sesión se procedió a la elección de la comisión municipal permanente, formada por el alcalde como presidente, dos concejales del PCE, uno de UCD y otro del PSOE. Pronto comenzó la tarea de los nuevos ediles y, en la sesión del 3 de mayo, aprobaron la creación de las comisiones informativas.
Una de las primeras tareas fue revisar el calendario de fiestas y la supresión de la carga antidemocrática que suponía tener muchas calles con nombres franquistas. Sobre el calendario, la fiesta la Ermita, que antaño se celebraba el 12 de septiembre, ya fue adelantando su fecha y, en los últimos años de la dictadura, el ayuntamiento la trasladó a la última semana del mes de agosto. El nuevo ayuntamiento democrático, a propuesta de la comisión de festejos, cambió las fechas de la Velada del Carmen a los días 14, 15 y 16 de julio y la Feria a los días 16, 17, 18 y 19 de agosto para permitir que los fontaniegos emigrantes pudieran celebrar la feria con sus familiares locales. Desde ese año, la feria se viene celebrando los días anteriores al primer domingo después de la festividad de la Virgen de agosto, 15 de ese mes.
A propuesta del grupo socialista, en el ayuntamiento estudió darle solución al problema de las calles rotuladas con nombres que representaban el periodo de la dictadura. En ellas se incluían el General Franco, el General Armero, el Brigada Martín Conde, Queipo de Llano, José Antonio Primo de Rivera, Calvo Sotelo y Miguel Primo de Rivera. Triunfó la propuesta de volver a la nomenclatura tradicional. El alcalde no estaba de acuerdo en quitar al General Armero, que incluso los gobiernos municipales de la República habían respetado. Sólo le habían cambiado el nombre del Marqués del Nervión por el de General Armero. Tras una amplia discusión a favor y en contra de la propuesta socialista, el pleno decidió dejar la decisión en suspenso por falta de acuerdo.
Otra cuestión importante para aquel ayuntamiento fue la enseñanza. En aquellos años se impartían en los colegios la EGB a alumnos y alumnas hasta los 14 años. La delegación provincial del Ministerio de Educación y Ciencia mandó un comunicado con la decisión de que los maestros de EGB en poblaciones menores de 10.000 habitantes debían tomar posesión ante la junta municipal de Enseñanza Primaria. Como la de Fuentes llevaba varios años sin ser renovada, el ayuntamiento nombró a sus nuevos componentes y así, a pesar de que el grupo municipal de la UCD pidió que hubiese un representante de la Iglesia, se formó con el alcalde como presidente y como vocales el jefe local de Sanidad, Rafael Ortiz García; los dos directores de los colegios públicos, Santa Teresa y Santo Tomás; los dos presidentes de las APAs, Fernando Delgado Rodríguez y Diego Gutiérrez Ruiz; el concejal del ayuntamiento Juan Ruiz Fernández; dos madres nombradas por las APAs; una representante de las Mercedarias; el maestro Jesús Cerro Ramírez y la maestra Marina Monjo Delgado.