El 2 de mayo de 1970 Radio España Independiente “La Pirenaica” lanzaba a sus ondas la noticia de que los trabajadores de Fuentes de Andalucía habían ocupado la finca del Castillo de la Monclova, propiedad del duque del Infantado. Añadía la información que "en Fuentes, como las tierras del Castillo de la Monclova ocupan la tercera parte de su  termino municipal, existía entre los jornaleros un deseo interno de conseguir el reparto de sus tierras, debido a dos razones fundamentales, la primera porque era una gran extensión de tierra muy mal cultivada y la segunda porque eran conscientes de que sus tierras bien repartidas serían el medio para acabar con una lacra endémica que durante muchos siglos se ceñía sobre los trabajadores del pueblo: el paro".

A estas dos razones se le unía el malestar creado entre los jornaleros la comunicación que el duque había mandado a los pocos colonos que quedaban en sus tierras para que abandonasen sus parcelas sin ninguna contrapartida a cambio.

En aquellos años estaba muy difundida entre los jornaleros la consigna de “la tierra para quien la trabaja”, por lo que no fue muy difícil diseñar la ocupación de dicho latifundio para conmemorar el 1º de Mayo, Día del Trabajo, y hacer visible las reivindicaciones obreras.

Estos motivos condujeron al comité local del PCE a tomar la decisión de que la acción a llevar a cabo en el 1º de Mayo seria la toma pacífica de la finca del duque del Infantado. Se citó a los trabajadores a una asamblea, por medio de octavillas, a celebrar en los eucaliptos que había en el camino de la Romana, antes de llegar al molino ”El Pino”, una semana antes y a la que asistieron un número importante de jornaleros.

Paco Bejarano, presidente de la sección social de la Hermandad de Labradores y Ganaderos, se dirigió a los trabajadores allí presentes, explicando el motivo de ir a tomar las tierras del castillo para trabajarlas. Poco más o menos dijo: “En nuestro pueblo hay casi un paro total, el subsidio no nos llega y el duque tiene los olivos con las varetas que les llegan a la cruz del olivo. Por ello si se las quitáramos, habría trabajo para algunos días y luego los olivos tendrían más aceitunas y esto daría más jornales cuando se cogieran. Así que el día que podríamos ir, si ustedes lo ven conveniente, sería el 1º de Mayo, que es el Día Internacional del Trabajo, aunque aquí no esté reconocido. Este es un buen día para reivindicar el derecho al trabajo”.

El entusiasmo generado entre los asistentes produjo un clima favorable a la propuesta que se había hecho y todos mostraron su acuerdo a ella. Sin embargo, un compañero dijo que se debería ser consciente de la probabilidad de que la Guardia Civil estuviera allí esperándoles y que no los dejara entrar e incluso posiblemente los detuvieran. Otro compañero les respondió diciendo que ir pacíficamente para querer trabajar no era ningún delito y por tanto no deberían tener ningún temor.

Quedaron por tanto que el día 1º de mayo a las 10 de la mañana se concentrarían todos, con sus herramientas, en el campo-pelota “el Barrancón”. Todos eran conscientes de lo arriesgado que era ir a tomar el Castillo, por ello los días anteriores al señalado se tuvo que hacer, por los más destacados militantes, una labor de información y concienciación entre los trabajadores.

Llegado el día 1º de mayo y a las 10 de la mañana, se concentraron en “el Barrancón” entre 35 y 40 trabajadores, según se había acordado en la asamblea de días anteriores. La mañana era desapacible por culpa de unos nubarrones negros que habían poblado el cielo. Cuando iban a iniciar el camino hasta las tierras del Castillo de la Monclova, se abrió el cielo y una lluvia, cada vez más intensa, se dejó caer en Fuentes. Ello obligó a los asistentes a marcharse cada uno a su casa, porque estuvo lloviendo toda la mañana y parte de la tarde.

De esta forma acabó el Día del Trabajo para los jornaleros fontaniegos y su acordada acción de tomar las tierras del duque del Infantado.

Días más tarde se supo que en el castillo varios coches cargados de guardias civiles aguardaban la llegada de los trabajadores fontaniegos para impedir, aunque fuera por la fuerza, que pudieran entrar en las tierras del duque.

Para nuestra historia local quedó que la primera vez que los jornaleros pretendieron tomar simbólicamente las tierras del castillo de la Monclova fue el 1º de mayo de 1970.